Miguel Poveda, número uno del escalafón flamenco actual, presenta su último disco, ‘Diverso’, en Málaga. La cita es este sábado, 17 de junio, en la Plaza de toros de La Malagueta. Con tal motivo, Francisco Reina, director Pellizco Flamenco, Antonio García y Mariló Sánchez lo entrevistan en El Patio de Fuengirola, programa de Fuengirola TV.
Faustino Núñez le ha dedicado un libro a la influencia de ‘América en el flamenco’ y en tu disco ‘Diverso’ se ve la evolución de la petenera veracruzana a la petenera flamenca o interpretas otros estilos como las rancheras, lo tangos de Triana, que relacionas con la música cubana… En definitiva, en muchas de mis reseñas para Pellizco Flamenco destaco una cualidad tuya (y no lo digo por halagarte) que es la inteligencia. No das puntada sin hilo. En cada espectáculo vas renovando tu repertorio pero siempre con un sentido. ¿Qué tiempo le dedicas a preparar tus espectáculos y de quién tiras, Joan Albert Amargós, Carlos Grilo…?
Cuando vuelvo a casa después de cada concierto, sigo enchufado. El resto igual desconectan y van a sus quehaceres. Y yo también atiendo los míos e intento estar conectado con la vida, con lo cotidiano, con lo esencial, que sienta muy bien. Pero de alguna manera hay algo en mí, una maquinaria, que está siempre ideando, porque quiero hacer siempre lo mejor. Siempre me vengo muy insatisfecho de cada concierto. No muy, pero siempre hay algo que quiero hacer en el siguiente concierto. Es como una nueva oportunidad de hacer lo que no hice en el concierto anterior. Tiro de esa parte de mi cuerpo, de mi cabeza, que sigue en marcha continuamente, ideando, siempre para dar lo mejor a la gente que paga una entrada para verte.
«La gente dice: «El número uno, el mejor». Y es muy fácil quedarse ahí nadando, pero yo escucho cantar a uno y otro y digo: «Ay, Dios mío, estos cabrones, con perdón, sí que cantan bien»
¿Por qué esa insatisfacción, por exigencia?
Soy muy fan, muy admirador de muchos compañeros y los escucho cantar y los veo, en todas las artes, pero también a los cantaores y cantaoras y digo: «¡Dios mío, qué bien lo hacen, qué maravilla!». En el siguiente tengo que hacer algo así, que emocione de esa manera. Entonces siempre me pongo el listón alto, porque mis compañeros me ayudan a ponérmelo y me ponen los pies en la tierra. En esto pasa mucho que la gente dice: «El número uno, el mejor». Y es muy fácil quedarse ahí nadando en esa postura, pero qué va, yo escucho cantar a uno y al otro y digo: «Ay, Dios mío, estos cabrones, con perdón de la palabra, sí que cantan bien».
La entrevista completa en Fuengirola TV está disponible en el siguiente vídeo.