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Actulizado 11:01 AM UTC, Apr 26, 2024

La Lupi pone el duende en el VI Festival Flamencos por la Guajira

VI Festival Flamencos por la Guajira. Baile: La Lupi, Ana Alonso e Isa Ramírez. Cante: Manuel Tañé, José El Pechuguita, Cristo Heredia y Edu García. Guitarra: Curro de María y Antonio Luis López. Percusión: Moisés Santiago. Día: Sábado, 17 de marzo. Lugar: Auditorio Maestro Padilla de Almería. Aforo: Lleno.

La Lupi pone el duende en el VI Festival Flamencos por La Guajira, en una noche plena de emociones, arte y sentimiento.

Pese a las inclemencias meteorológicas, los guajiros se dieron cita en el Auditorio Maestro Padilla de Almería para celebrar su gran cita anual. La bailaora malagueña era la cabeza de cartel, que completaban dos jóvenes talentos locales, las bailaoras Ana Alonso e Isa Ramírez, acompañadas por Cristo Heredia y Edu García al cante; Antonio Luis López al toque;  y Moisés Santiago a la percusión.

Ana Alonso, discípula de la Lupi, tuvo palabras de cariño y reconocimiento hacía ella: “El arte es necesario para el que lo hace, es el arma para defendernos de lo que pasa fuera y el medio para contar lo que pasa dentro. Hoy tenemos la emoción de que nuestros movimientos y sonido le den paso a ella, mi maestra. Porque sus células están hechas de la luz que te hace entender que el flamenco solo es posible cuando se hace a corazón abierto. De Almería a Málaga con respeto y con amor, gracias Lupi”.

Los cantaores almerienses hermanaron a Almería y a Málaga al interpretar a dúo un taranto, palo típico almeriense, y rematarlo con los malagueños cantes del piyayo.

Entre bastidores, la bailaora malagueña, envuelta en un elegante mantón de manila morado con flecos dorados, seguía el compás de la actuación que le rendía homenaje y jaleaba a Ana Alonso e Isa Ramírez. El público respondía con entusiasmo.

Isa Ramírez y Ana Alonso interpretaron con sentimiento cantes que salían del alma y la sombra de sus siluetas se proyectaba en las sábanas para crear un ambiente mágico.
Abrieron paso a la estrella de la noche, que se presentó envuelta en su majestuoso mantón, que manejaba con donaire, dibujaba figuras en el aire y hacía movimientos muy personales.

La Lupi tiene una gran presencia escénica; le basta con acercarse al borde de las tablas y dirigir la mirada al público para que éste rompa en aplausos. Es el suyo un baile tradicional y no entiende el flamenco si no es con verdad; ella canta cuando baila, expresa con la cara, las manos, el cuerpo y es tremendamente perfeccionista.

Los músicos de La Lupi, Manuel Tañé y José ‘El Pechuguita’ al cante, y Curro de María -su pareja artística y vital- a la guitarra, estuvieron sobresalientes por malagueñas.

La bailaora malagueña paró su espectáculo en dos ocasiones, algo excepcional en ella, pero la ocasión lo requería, agradecida con la tierra a la que había sido invitada, el público que la acompañaba a pesar de las condiciones adversas, y con La Guajira por su trabajo en la difusión del flamenco. Dedicó un baile a los artistas almerienses que la habían precedido y puso toda su verdad, como ella misma asegura, en aquellos pasos que la guiaron a través del compás.

El fin de fiesta reunió a los artistas malagueños y almerienses en el escenario, donde improvisaron y llenaron de duende el Maestro Padilla. 

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