Guitarra: Hugo Dogma. Cante: Ana Serrano. Piano: José Garcerán. Violín: Nadine Thörnblad. Percusión: Manuel Domínguez. Día: Jueves, 10 de junio de 2020. Lugar: Azotea del Ayuntamiento de Fuengirola (Málaga). Aforo: Lleno.
«Nos habéis ensanchado el alma», le asegura un aficionado a Ana Serrano tras bajarse ésta del escenario. Esta frase resume a la perfección el recital que Hugo Dogma y su cuadro protagonizaron en la Azotea del Ayuntamiento de Fuengirola.
Principia Ana Serrano por malagueñas del Mellizo – curiosamente es José Garcerán quien le da la entrada con el piano-, que remata por abandolaos (jaberas y rondeña).
En los tanguillos, se incorpora Nadine Thörnblad al violín. Una delicia. Serrano canta con su exquisitez y gusto habituales.
Por Bambino (Bravo) y Moncho (Si a veces), pellizca y el ambiente se llena de intensidad emocional. La guitarra, el piano, el violín y la percusión aportan lo justo y necesario para contribuir a engrandecer el conjunto.
«Vámonos pa’ Cuba», espeta Hugo Dogma justo antes de tocar por guajiras. La felicidad se dibuja en los rostros de la cantaora y el guitarrista fuengiroleños, pareja artística y vital, que disfrutan de lo lindo sobre el escenario y lo transmiten al respetable. Pareciera una pieza instrumental si no fuera por el precioso y valiente remate final de Ana Serrano.
Un solo de violín da paso a los tangos, en los que la sonanta de Dogma suena flamenquísima y Serrano le corresponde con un recorrido por Triana, Extremadura, Graná’ y Morente por Lorca.
Por fandangos de Huelva, la fuengiroleña mantiene el listón muy alto. Y dicen adiós por bulerías, evocando a Lole y Manuel (Todo es de color). Los vellos como escarpias. Largo y caluroso aplauso con el público enhiesto.
El cuadro les concede un fin de fiesta por bulerías, con Remedios Amaya y El Chino de Málaga en el recuerdo.
Fotos: Masayo Susa.