ENTREVISTA A LA CANTAORA ONUBENSE, QUE PUBLICÓ, EN
SEPTIEMBRE PASADO, SU TERCER DISCO, ‘UN VIAJE POR EL CANTE’
Sorprende que tu tercer disco sea de cante tradicional después de dos trabajos con un enfoque más comercial, cuando la tendencia habitual suele ser a la inversa.
Quizás fue la situación en la que se encontraba el cante en aquel momento, que parece que carecía de aficionados; hablo de aficionados jóvenes. Entonces, nuestra intención al hacer esos dos discos flamencos pero mirando un poco a lo comercial fue captar la atención de ese público que hace y seguirá haciendo falta siempre, porque realmente los jóvenes son el futuro y el progreso de cualquier profesión.
Aunque interpretas una amplia selección de palos de las diferentes zonas cantaoras, hay un claro guiño a Málaga en los abandolaos, los cantes del Piyayo y la malagueña. Incluso en las tarantas de Linares, hay varias letras de El Cojo de Málaga. ¿Ha sido algo intencionado o pura casualidad?
Pues pura casualidad, porque es realmente lo que yo sentía y quería grabar; pero, ahora que lo dices, te cuento. ‘Un viaje por el cante’ se estrenó, como idea principal, primero como espectáculo, en el teatro Cánovas de Málaga. Y aquel día no lo olvidaré; disfruté muchísimo. El público me acompañó hasta el final durante las dos horas y cuarto que estuve cantando. Para mí fue un reto, porque era la primera vez que cantaba por serranas, cabal, peteneras, milonga, caña y polo, etc. Y aquel día aprendí muchísimo.
Tengo entendido que tu homenaje al añorado Chano Lobato en el garrotín y cantes del Piyayo tiene su origen en Youtube. ¿Podrías explicarlo?
Sí, mira, yo me considero muy aficionada al flamenco y me siento privilegiada por trabajar en lo que me gusta. Escucho bastante www.flamencoradio.com. Y un día, yendo en el coche a casa, le oí cantar en ese canal a Chano el garrotín, y lo ligaba con los cantes del Piyayo. Entonces, se me ocurrió la idea, pero quería volverlo a escuchar y tener esa unión de cantes; y Youtube es una herramienta perfecta para buscar lo que quieras. Es cierto que no siempre encuentras lo que buscas, pero algo interesante hay. Y encontré a Chano Lobato cantando garrotín, cantes del Piyayo y farruca. Me gustó aún más esa idea, pero, a la hora de cantarlo con la guitarrra, no quedé muy convencida y lo dejé en los dos primeros.
Antes, para ver a un artista, había que ir a una actuación suya; ahora se pueden ver los vídeos en Internet. Es una muestra de cómo han influido las nuevas tecnologías en el flamenco. ¿Cómo te han influido a ti, amén del ejemplo citado?
Yo estoy encantada de haber nacido en esta época y de tener a mi alcance mucha información, pero, la verdad es que el contacto de tú a tú con los artistas enriquecía bastante en aquel tiempo y eso, hoy día, no existe. Se pierden muchos matices de las cosas, pero hay que conformase con lo que toca vivir y aprovecharlo al máximo.
También homenajeas a un cantaor singular como Rafael Romero ‘El Gallina’.
Sí, fue un artista importante, con un sello muy personal. Y con respecto al cante de la caña, él lo hizo grande. Yo diría que es el cantaor más destacado en esa rama de cantes. De ahí han bebido muchos artistas. También el polo. Y por eso he intentado respetar la letra que él hace y que también encontré en Youtube.
“Lo que hemos querido con este disco es hacer el cante más tradicional, pero llevándolo al momento actual”
Ya en el recital que ofreciste en el malagueño teatro Cánovas, previo a la publicación de tu nuevo disco, abordaste un cante rancio (y más bien en desuso) como la serrana, con el aire fresco de la percusión, que también has recogido en el disco. ¿La permanencia de estos cantes pasa por aportarles esa frescura para hacerlos más digeribles al público?
Se trata de aportar algo diferente a lo que hacen los demás; trabajar y hacer las cosas bien, a tu gusto y desde el respeto. Es cierto que crear es muy difícil y lo único que hemos querido con este disco es hacer el cante más tradicional, pero llevándolo al siglo y al momento actual en que vivimos; cómo nos llega y cómo lo percibimos a nuestra forma y cualidades vocales, en mi caso, y musicales para los guitarristas.
No podían faltar en el disco unos fandangos de tu tierra. ¿Por qué Estación Jabugo-Galaroza? ¿Tiene algún significado especial para ti ese título?
Como procedo de la sierra de Huelva, mis padres son de allí. Concretamente, mi padre de Linares de la Sierra y mi madre de Galaroza. Y como allí, prácticamente, me he criado, pues le tengo bastante cariño. Y, cuando puedo, me gusta escaparme y recordar parte de mi infancia visitando sitios a los que yo iba de pequeña.
¿Has podido quitarte el sambenito (Arcángel lo ha comentado en alguna ocasión) que suelen colgaros a quienes procedéis de Huelva de cantaores de fandangos por el mero hecho de nacer allí?
Mira un detalle: Cuando empecé a cantar, no sabía que algunos de los grandes cantaores que ha dado mi tierra, como Antonio Rengel y Paco Toronjo, no solamente cantaban fandangos, sino que se atrevían con otros palos, como, por ejemplo, soleá, malagueña, serrana. Pero, aún, en cualquier rincón de España, me piden, antes de la mitad del concierto, que cante por fandangos de Huelva.
Tus tres discos los ha producido el compositor y guitarrista jerezano José Quevedo ‘Bolita’, que también te acompaña en directo. ¿Qué le ha aportado a este nuevo álbum, amén de la canción por bulerías en homenaje a Terrremoto?
Bastante. Ha aportado mucha frescura, con su punto de vista como productor, y, aparte, tiene muy buenas ideas, con las que a mí me sorprende en cada grabación. Es muy aficionado y adora su trabajo. Para mí, él ha sido y es muy importante, desde el primer disco hasta éste.
Los tientos-tangos que interpretas en el disco los presenta alguien muy particular…
Sí (risas), mi gran amigo y más, un aficionado, Rafael ‘El Guardacoches’, natural de Arahal (Sevilla). Es un hombre con una memoria privilegiada, porque se sabe todos los cantes, todas las letras de cada cantaor. Y te digo más, las fechas de nacimiento, casamiento y defunción de cada artista, más las matriculas de sus coches. De ahí le viene ese sobrenombre.
“José de la Tomasa y Paco Taranto te enseñaban cosas que no aparecen en los discos; los admiro y los adoro”
Te has consolidado como una figura del cante actual sin tener una tradición cantaora en tu familia. Eres un claro ejemplo de que el flamenco, si tienes las facultades necesarias, puede aprenderse.
Estoy de acuerdo con esa teoría; primero, hay que nacer con eso dentro. No tiene por qué venirte de familia; ya se sabe, en casa del herrero, cuchara de palo. Y yo conozco muchos casos, al igual que pasa en otras profesiones. Yo digo algo así: un 50 por ciento se trae y el otro 50 por ciento se aprende. Es muy importante rodearte (y asesorarte) de personas con mucha experiencia, que te pueden aportar. De ahí viene en parte la evolución. Y, por supuesto, estudiar y conocer bien el cante.
De hecho, pasaste por la Fundación Cristina Heeren, donde tuviste como maestro, entre otros, a José de la Tomasa. ¿Qué te aportó?
José fue uno de ellos, también lo fue Paco Taranto. Es verdad que ellos te enseñaban cosas que no aparecen en los discos, que es la experiencia y el trato personal con las figuras del cante, de donde ellos aprendieron. Contaban anécdotas y sucesos que le pasaban. Y todo eso, a mí personalmente, me gusta. Iba paralelo a lo que nos enseñaban de cante. Si tuviera que elegir un palo de cada uno; de José, me quedo con la siguiriya, y de Paco, con los diferentes estilos de la soleá de Triana. Los admiro y los adoro a los dos y me acuerdo de ellos cuando canto lo que me enseñaron.
¿Qué cantores actuales admiras y vas a ver en directo?
Pues, cuando las cosas no coinciden y me puedo escapar, voy a ver a mis compañeros Miguel Poveda, Marina Heredia, Mayte Martin. Hace poco, estuve en el festival de Tomelloso (Ciudad Real) y actuaron Raul ‘El Troya’, Manuela Cordero y María Canea. Disfruté mucho ese día con los tres. Y hay más artistas que me gustan. Es bueno aprender de cada uno lo que puede aportar.
Me sorprendí al saber que uno de los discos que más escuchas es ‘Omega’, de Morente y Lagartija Nick, aparte, claro está, de clásicos como Tomás Pavón o Antonio Chacón.
Lo que más escucho es flamenco tradicional, pero tuve que citar tres discos y de Enrique Morente me gustan todos, pero ‘Omega’ quizás sea uno de mis preferidos.
Pese a la profunda crisis en la que nos hayamos, de la que no es una excepción la industria discográfica, sumida en su propia crisis desde hace años, tu disco, de corte clásico, ha logrado situarse en la lista de los más vendidos.
Eso es algo que me sorprendió cuando me enteré de esa noticia y, como decía en una de las preguntas anteriores, ahora es cuando el público se está aficionando al flamenco y, sobre todo, el más importante, el público joven.