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Actulizado 1:01 AM UTC, Apr 24, 2024

Ángeles Toledano y María Marín, flamenco de una pulcritud exquisita

Ciclo ‘Andalucía Flamenca’. Cante: Ángeles Toledano. Cante y Guitarra: María Marín. Guitarra: Benito Bernal. Palmas: Fernando y Ávaro Gamero. Percusión: Israel Katumba. Lugar: Auditorio Nacional de Música de Madrid. Día: Viernes, 25 de noviembre de 2022. Aforo: Lleno.

En los tiempos que corren, en los que el flamenco se ha convertido en un arte absolutamente profesional, es cada vez más frecuente encontrarnos con programaciones de este estilo en espacios en los que la música es reconocida como un bien casi sagrado. Y no puede generarnos más orgullo a los que defendemos el flamenco como algo que es verdaderamente valioso.

El pasado fin de semana, el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) de Madrid se sumaba, una temporada más, a este reconocimiento tan necesario, presentando el primer concierto de su ciclo titulado ‘Andalucía Flamenca’, que recogerá una actuación mensual de artistas absolutamente variados.

Abrieron el proyecto las enamoradizas voces de las jóvenes cantaoras María Marín y Ángeles Toledano, llevando al público hacia un flamenco de una pulcritud exquisita. Dos voces muy diferentes entre sí que representan, como llamamos los flamencos, el soniquete de una generación que crece en el sonido melódico y no en ese rasgado tan gitano, aportando un nuevo color a esta música. Y cada una a su manera, quizás alejadas de lo que es conocido como ortodoxo pero teniendo presente en todo momento la tradición, nos hicieron disfrutar de un espectáculo envuelto en la intimidad.

Debe ser característico en los jóvenes, por eso de estar dando sus primeros acordes, la necesidad de responder a la pregunta de quiénes son. María Marín aprovechó la ocasión para presentar su disco, ‘Junio’, del que contaba, y cantaba, que no hablaba de otra cosa más que de ella y de sus experiencias vividas. Y para ello, como solo así tendría sentido, se acompañó a sí misma de su guitarra. Una guitarra española, clásica, que no podía encajar mejor en un templo como el Auditorio, pero que jugueteaba constantemente con los complicados acordes flamencos y la onírica percusión de Israel Katumba. Y entre las melodías creadas con sus dedos correteando por el mástil, aparecía su voz dibujando hipnóticos giros por guajiras, tarantos, fandangos y caracoles, regresándonos al flamenco como popularmente lo conocemos.

En una posición aparentemente más clásica de una cantaora, un guitarrista y dos palmeros, Ángeles Toledano declamaba poderosa algunos temas de ‘1995’, su trabajo discográfico. Cantes de todos los colores salieron de su garganta defendidos por el principal objetivo de su proyecto: el arraigo a su tierra a través del estudio y el reconocimiento de aquellos maestros que nacieron, como ella, entre aceitunas, y que habían dado una relevancia notoria al flamenco. Y con un toque fresco y natural se dejaba enredar en las escalas de cantes como la soleá, la seguiriya, los tangos o las bulerías, con los que nos recordaba de nuevo la importancia de la tradición en su trayectoria.

Lo que está claro, en definitiva, es que nuestro flamenco está despegando hacia un nuevo rumbo cuyo valor es incalculable. Pero que sigue siendo de todos, tanto de los jóvenes que lo proyectan hacia lo desconocido, como de los veteranos que continúan cuidando lo aprendido de sus mayores.

Próximas citas

Podremos continuar disfrutando en este ciclo del recorrido de talentosos artistas que representan precisamente esta dualidad: José de la Tomasa y El Turry (16 de diciembre), Perrate y Alfredo Lagos (27 de enero), Estrella Morente (24 de febrero), Esperanza Fernández y José Miguel Évora (17 de marzo), Jesús Méndez y Diego del Morao (28 de abril) y José del Tomate (26 de junio).

Fotos: Elvira Megías

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