Ciclo Flamenco10. ‘Lombo por Bambino‘. Cante: Manuel Lombo. Guitarra: Víctor Rosa. Coros, palmas y cante: Laura Marchena y Víctor Manuel Carrasco. Piano: Fernando Romero. Percusión: Óscar Robles. Chelo: José Carlos Roca. Lugar: Teatro Ciudad de Marbella (Málaga). Día: Domingo, 6 de diciembre de 2020. Aforo: Lleno.
Manuel Lombo hizo cumbre por Bambino en Marbella. Aunque el cantaor sevillano asegura que no se trata de un homenaje ni de una reivindicación del genio de Utrera, obviamente es ambas cosas, aunque no lo pretenda. Pero sobre todo es una demostración de su valía como artista con mayúsculas. Así quedó patente tras casi dos horas de recital.
Abre Lombo con Soy lo prohibido a capela, aún con el telón bajado. Se abre éste y comienzan a tocar los músicos. Pellizca desde el inicio, pataíta de arte incluida, pese a la hora tan poco flamenca (12.00 horas) del recital. Logra transmitir la pasión y visceralidad de Bambino.
Arrostra Compasión, rumba con el deje característico del mito utrerano. Baila, canta y teatraliza haciendo uso en ocasiones de una luz cenital. Es un artista de los pies a la cabeza. Prosigue con Tengo miedo, canción por bulerías, y Quiero, rumba en la que Laura Marchena lo arropa como segunda voz, muy flamenca. Momento álgido. Largo y caluroso aplauso. «¡Qué arte, hijo!», le espetan.
«He recibido tantísima energía que he comenzado a pasármelo bien desde el minuto 1. Para nosotros siempre es motivo de alegría subirnos a un escenario, pues imagínense en la situación actual», confiesa Lombo, que agrega: «Es un placer traer aquí a Bambino porque celebramos el décimo aniversario del nombramiento del Flamenco como Patrimonio de la Humanidad y Bambino se merece su hueco en el flamenco».
A continuación, deleita al respetable con Voy a perder la cabeza por tu amor («Yo no soy la roca que golpea la ola, soy de carne y hueso»). Baila y canta. Apoteósico. Para, templa y manda en la rumba Se me va.y sigue cosechando los aplausos enfervorecidos del público. Tras Tres veces loco, cede el testigo por unos minutos a su cuadro (con Laura Marchena y Víctor Manuel Carrasco, al cante; Víctor Rosa, al toque; Óscar Robles, a la percusión; y José Carlos Roca, al chelo), que interpreta El poeta lloró, canción por bulerías que suele incluir a menudo Pedro El Granaíno en sus recitales. Una delicia.
Se incorpora Fernando Romero, al piano, en No me des guerra, otro clásico del utrerano. El público lo jalea y toca las palmas. «Estamos disfrutando muchísimo», confiesa Lombo, antes de interpretar La luz de tus ojos grises, gema intimista y poco conocida del repertorio de Bambino, rescatada para el disco.
Alterna temas como el citado, menos conocidos del utrerano, con otros muy populares, como el Popurrí que le dedica a sus amigos malagueños Juan Carlos Narbona y Javier Cámara: Procuro olvidarte, sentado al borde del escenario, a solas con el chelo, en una interpretación muy sentida; con unas palmas introduce Bravo y, acto seguido, in crescendo, Payaso. El público, enhiesto.
Sigue desgranando clásicos de Bambino: Mi amigo (Otra interpretación excelsa) y,Corazón loco, el gran clásico, previa pataíta de arte. «Casi me vuelven ustedes loco en la mañana de hoy», comenta y. agradece al Ayuntamiento de Marbella y a la Consejería de Cultura de la Junta la organización del recital. Pellizco Flamenco se suma al agradecimiento al Consistorio marbellí, personalizado en su Directora General de Cultura, Carmen Díaz, allí presente.
Dice adiós con Mi amor es mío, rumba luminosa, pero ante la interminable ovación que le dispensa, enhiesto, el respetable, vuelve con Háblame, otro grandísimo tema que reivindica con una interpretación magistral. Y como guinda a un recital memorable, Tengo la experiencia («Pero yo no tengo prisa, quiero gozar el momento, más vale un rato de risa que veinte de sufrimiento»). «Nos llevamos el corazón lleno, un público de diez», asegura.
Fotos: Juan Recio
