Manolo Sanlúcar es uno de los grandes de la guitarra flamenca y su disco ‘Tauromagia’ es considerado por muchos como el mejor disco de guitarra flamenca de la historia. Esto es algo conocido por todos, pero la gran aportación del documental ‘Manolo Sanlúcar, el legado’, de Juanma Suárez, es que éste ha sabido radiografíar el alma del guitarrista sanluqueño, la dignidad del flamenco por bandera.
«A mí me tocó esto y he tratado de hacerlo con la mayor dignidad, de manera que al mirarme al espejo, pueda levantar la cabeza», asevera Sanlúcar al inicio de la cinta, toda una declaración de principios.
Isidro Muñoz, su padre, fue torero, cantaor y guitarrista; de él heredó su inquietud artística (quiso ser pintor) y de Josefa, su madre, «la constancia y el sentido de la responsabilidad». En una ocasión, cuenta que le quitó la guitarra «y parecía que me había quitado el alma». La sonanta es su vida. » No es generosa, es exigente, pero a la vez es justa. Sí la estudias profundamente y le dedicas tiempo, te da lo que te corresponde. Y si la abandonas, no te da na'», espeta.
“EN UNA OCASIÓN, MI MADRE ME QUITÓ LA GUITARRA Y PARECÍA QUE ME HABÍA QUITADO EL ALMA»
El maestro sanluqueño comenzó su carrera artística acompañando a cantaores como Pepe Pinto, Pepe Marchena o La Paquera de Jerez. Posteriormente, haría lo propio con Enrique Morente, «una relación de maridaje artístico muy natural y fluida. Eran las vanguardias, los rompedores de entonces», asegura José María Velázquez-Gaztelu.
Sanlúcar ofrece en la película reflexiones muy profundas acerca del flamenco. Como muestra este botón: «Estoy donde se necesite estar. Cuando la libertad del artista desemboca en libertinaje, yo estoy en lo ortodoxo. Cuando la ortodoxia no deja moverse al artista para buscar, yo estoy en lo heterodoxo. Hay que cuidar los cánones. Una cosa es crear y otra alterar los cánones. Son principios que están constituidos como columna vertebral de la cultura. El que se quiere hacer notar a base de alterar los cánones no sabe ni dónde vive».
“EL QUE SE QUIERE HACER NOTAR A BASE DE ALTERAR LOS CÁNONES NO SABE NI DÓNDE VIVE”
Su autoexigencia e inconformismo, en palabras de Juan Manuel Suárez Japón, coguionista del documental junto a su hijo Juanma Suárez, le llevan a convertirse en concertista. «Cuando tiene la necesidad de expresarse, crea su propio grupo, se convierte en primera figura y recorre el mundo. Cuando ya tiene su vida resuelta con el flamenco, estudia música clásica y compone sinfonías». ‘Tauromagia’, su obra maestra, la compone precisamente tras su experiencia de orquestación y del mundo clásico, que enriquecen su mundo flamenco.
Con la rumba Caballo negro logró un éxito masivo que lo dio a conocer mundialmente. Ana, su mujer, que lo define como «una persona muy sensible y vehemente», recuerda que «tras firmar el contrato con la discográfica, en vez de pedir dinero como otros artistas, pidió grabar ‘Medea'».
ANA, SU MUJER: “TRAS FIRMAR EL CONTRATO CON LA DISCOGRÁFICA EN VEZ DE PEDIR DINERO, PIDIÓ GRABAR ‘MEDEA'»
«Esa música es lo máximo», tercia Cristina Hoyos, que no pudo bailarla porque estaba en ese momento en la compañía de Antonio Gades, pero sí lo hizo en parte en la inauguración de la XV Bienal de Sevilla en 2008 invitada por su autor.
La recta final de la película está dedicada al legado de Manolo Sanlúcar. Por una parte, imparte clases magistrales desde hace años en Córdoba y por todo el mundo con alumnos ilustres, como Vicente Amigo, Santiago Lara o David Carmona.
Por otra, tras el anuncio de su retirada de los escenarios, que se produjo el 27 de julio de 2013 en la Cueva de Nerja mientras interpretaba ‘Medea’, se centró en su Enciclopedia del Flamenco, a la que se ha dedicado en cuerpo y alma durante doce años, «porque la música del flamenco no la entienden los músicos de otras culturas». Esta obra monumental cuenta con una parte audiovisual, en la que han colaborado otras figuras del flamenco, y una parte escrita con más de dos mil páginas. «Es una Biblia del Flamenco, porque la está escribiendo el Elegido, el Profeta del Flamenco», asegura Antonio Manuel, autor de ‘Flamenco. Arqueología de lo Jondo’.
El documental se cierra como empezó, con una frase rotunda y sabia del maestro sanluqueño: «Nunca voy a conseguir dominar la guitarra, pero sabía que podía conseguir que las piedras alcanzaran bastante altura (en alusión al loco que le tiraba piedras a la Luna)». Flamenco y filósofo, la dignidad del flamenco por bandera.