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Actulizado 4:11 PM UTC, Apr 25, 2024

El Turry y Diego del Morao hacen olvidar los tiempos que malvivimos

‘El Arte de la Abadía 2021‘. El Turry & Diego del Morao. Primera parte: Cante: El Turry. Guitarra: Jesús de Rosario. Percusión: Miguel El Cheyenne. Palmas: Fita Heredia y Vero La India. Segunda parte: Diego del Morao y su grupo. Guitarras: Diego del Morao y Fernando Carrasco. Percusión: Ané Carrasco. Lugar: Claustro de la Abadía del Sacromonte (Granada).Día: Domingo, 11 de abril de 2021. Aforo: 120 personas.

El Turry es un cantaor con voz juvenil y gran dominio de la modulación y del compás. Tiene “un no sé qué que qué se yo”, que es lo que digo cuando mi intuición me dice que podemos estar ante una gran figura del flamenco. De influencias camaroneras y morentianas acierta de pleno al arrancarse, en el Claustro de la Abadía del Sacromonte, con el soneto por tientos del Cristo crucificado ‘No me mueve mi Dios’. Fue el maestro Morente quien uniera literatura mística con flamenco y esta introducción es un tributo a esta irrepetible figura del flamenco granadino. Aunque el soneto es anónimo, se atribuye su autoría a Santa Teresa de Jesús y se puede leer en el Cristo que hay junto a la sacristía de la basílica de la Virgen de las Angustias:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

El Turry

Completó su actuación con alegrias, siguiriyas, tangos, bulerías y fandangos, bien arropado por Fita Heredia y Vero La India a las palmas y un Cheyenne convertido en uno de los grandes percusionistas flamencos. El acompañamiento de Jesús de Rosario a la guitarra merece mención aparte, porque es un ejemplo de cómo hay que tocar para acompañar al cante. Atesora una técnica extraordinaria y sorprende lo económico de sus movimientos de manos, al darle la amplitud mínima para ganar en velocidad y precisión.

El Turry

Diego del Morao deleitó a los amantes de la guitarra con un repertorio de toque jerezano pero con un sabor muy personal que sonaba a taranta, siguiriya con sexta cuerda afinada un tono abajo, un tema a dúo con la guitarra de Fernando Carrasco, que como no sabemos bien qué palo pudiera ser, era jazz (Cuando no se sabe qué música es: es jazz). Y un final por bulerías marca de la casa con una sucesión de falsetas de su padre, Moraito Chico, que desde la gloria le iba marcando el compás.

El Turry

Espectáculo breve, pero con la calidad suficiente para habernos dejado un buen sabor de boca. Gracias a todos los artistas que intervinieron y que nos hicieron pasar una gran tarde flamenca y hacernos olvidar por un ratico los tiempos que estamos malviviendo.

Fotos: Joss Rodríguez y Pellizco Flamenco

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