‘Universo femenino en la obra de García Lorca’. Cante: Virginia Gámez. Guitarra: Andrés Cansino. Baile: Laura Bernal. Recitado: Rincón Poético y Voces de los Libros. Lugar: Peña Flamenca La Repompa – Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel – Benalmádena (Málaga). Día: Viernes, 22 de marzo de 2019. Aforo: Lleno.
Lorca es, seguramente, el poeta más ligado al flamenco por razones obvias. Amén de su ‘Poema del cante jondo’ y de ser uno de los promotores del mítico Concurso de Granada de 1922, junto a Falla, sus poemas han sido cantados por Enrique Morente o Carmen Linares, entre otros, e inspirado a infinidad de bailaores e incluso de guitarristas. El pasado viernes, le rindieron homenaje en Benalmádena un grupo de recitadores (Rincón Poético y Voces de los Libros) y la cantaora Virginia Gámez, que pasó por su flamenquísimo tamiz el manantial inagotable de este granadino universal.
De entrada, un emotivo recitado de ‘La sangre derramada’, de la obra ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’, amigo del poeta que murió de gangrena por la cornada de un toro. Gámez interpreta ‘Zorongo gitano’ por tangos. Se mimetiza con la emotividad del recitado previo y aporta compás y flamencura por doquier, secundada con sapiencia y buen gusto por Andrés Cansino.
Recitan un fragmento de la obra lorquiana ‘Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores’, que precede a ‘Baladilla de los tres Ríos’, que la cantaora malagueña arrostra, pellizcando, por milongas. «El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor que se fue y no vino!» Una preciosidad en su bella voz y el sostén melódico de Cansino.
El recitado de ‘La Aurora’ (de Nueva York), que musicó sabiamente e inmortalizó Enrique Morente, con la emotividad intrínseca del poema de Lorca, antecede a la sublime lectura que Gámez y Cansino realizan de ‘La Tarara’.
El recitado de ‘Gacela del amor desesperado’, del libro ‘El diván del Tamarit, que musicó Carlos Cano en su día, sirve como excusa para disfrutar del baile de la jovencísima Laura Bernal, pura sensualidad y elegancia, mientras suena de fondo Raimundo Amador por soleá.
Virginia Gámez le replica con ‘Anda jaleo’ por bulerías, que suenan flamenquísimas.
El nivel artístico va in crescendo. Recitan ‘Pequeño vals vienés’, de la obra ‘Poeta en Nueva York’, que musicó Leonard Cohen (‘Take this waltz’) y suena de fondo, y adaptó Morente al castellano.
La guinda a un recital tremendamente emotivo la puso Gámez con ‘El Café de Chinitas’ por peteneras. «En el Café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: ‘Soy más valiente que tú, más torero y más gitano'». Belleza en su potente voz.