‘Palo Santo’. Guitarra principal y compositor: Daniel Casares. Idea original: Daniel Casares y Javier Esteban. Orquestación, compositor, director de orquesta y director musical de la Banda de las Tres Caídas y compositor de la marcha ‘La Pasión’: Manuel Alejando González ‘Quini’. Orquesta Sinfónica de Triana. Palmas y cante: Manuel Peralta. Palmas y baile: Sergio Aranda. Percusión: Miguel Ortiz ‘Nene’. Violín: Nelson Doblas. Cornetas solistas de Las Cigarreras de Sevilla. Banda de Cornetas y Tambores de La Estrella de Málaga. Artistas invitados: Miguel Poveda y Rafael Riqueni. Lugar: Teatro Cervantes de Málaga. Día: Miércoles, 14 de marzo de 2018. Aforo: Lleno.
Daniel Casares triunfa en Málaga con ‘Palo Santo’, espectáculo con el que el guitarrista malagueño narra la pasión de Cristo a través del flamenco y la música de Semana Santa de la orquesta sinfónica de Triana, las cornetas solistas de Las Cigarreras de Sevilla y la banda de cornetas y tambores de la Estrella de Málaga. La guinda la pusieron Miguel Poveda, que embelesó al respetable, y Rafael Riqueni, que ofreció un dúo memorable con Casares.
Una voz en off realiza la presentación: “Daniel Casares, a través de la madera de su guitarra –diseñada ex profeso para tal fin- nos cuenta que una vez hubo un hombre que trató de enseñarnos el verdadero significado del amor en la Tierra”. Guitarrista excelso, prodigio de velocidad, compás y pureza, como apuntara Alfredo Canales cuando reseñó la presentación en directo de su disco ‘Picassares’, intercambia miradas cómplices con el director de orquesta, las cornetas solistas de Las Cigarreras entran, estruendosas, en escena y el compás y la percusión marcan el camino por bulerías… Todo en armonía. Pareciera que anunciaran la salida del Cristo o de la Virgen correpondiente. Los vellos como escarpias desde el inicio.
Guajiras, vidalita a guitarra y corneta que acarician el alma y recuerdan el mensaje de amor que Jesús le transmitió al mundo. Tangos con violín y el cante sentido de Manuel Peralta. Sonora ovación. Bulerías sobre la traición de Judas. “Ole tus cuerdas”, le espetan tras un largo aplauso. Él se muestra humilde y cercano: “Es un privilegio pisar estas tablas del Cervantes”.
Presenta a Miguel Poveda como “un referente del flamenco hoy en día y el mayor artista que he conocido”. Comenzó el catalán algo frío en la malagueña de la Peñaranda, que grabara en su disco ‘Artesano’, y se lució en los abandolaos. Dijo adiós, pero volvió por bulerías y se quedó un buen rato, pataíta incluida para terminar de embelesar al respetable.
Sergio Aranda acompaña al baile una emotiva saeta de Peralta y prosigue después con la percusión y sus desplantes. Hace fácil lo difícil, señal inequívoca del gran bailaor que es. Turno ahora para Rafael Riqueni, palabras mayores de la guitarra flamenca. “Uno de mis sueños era tocar con este gran maestro”, confiesa Casares. El sevillano interpreta Amargura y otra pieza bellísima, tocada con sumo gusto y con su particularísima forma. Un gozo profundo y absoluto. Y ofrece, además, un dúo memorable con Casares.
Como colofón, vuelve a sonar la orquesta, y se añaden las cornetas solistas y la banda de cornetas y tambores de la Estrella. Se despide con Renacer, tema concebido, según indica, con la esperanza de transmitir un mensaje de amor, y aún habría cabida para un bis con el que dijo adiós entre aplausos tras más de dos horas de espectáculo.
Fotos: Alfredo Canales
2 Comments
Leyèndote haces que los que no seamos aficionados a este arte vibremos.
Gracias, Ana. Misión cumplida, entonces. Un saludo.