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Actulizado 11:01 AM UTC, Apr 26, 2024

‘Veneros del Cante’, de Arcángel, un viaje por la tradición

XVIII Suma Flamenca de Madrid. ‘Veneros del Cante’. Cante: Arcángel. Guitarra: Miguel Ángel Cortés. Palmas y coros: Los Mellis. Lugar: Sala Verde de los Teatros del Canal de Madrid. Día: Jueves, 19 de octubre de 2023. Aforo: Lleno.

Como quién busca conocer una nueva cultura a través de un viaje. Como quien entiende viajar como regresar a los inicios de algo. Como quien sabe que indagar en los rincones de un lugar es descubrir lo más profundo de ellos. Como quien solo necesita pasar de nuevo por casa para recordar quién es. Como todo ello definía ‘Veneros del Cante’ lo que significa saber volver a lo que uno aprende desde niño cuando decide convertirse en flamenco. Y sin más explicación que la de la necesidad de retomar sus raíces, el cantaor onubense nos invitaba a realizar un viaje por la Andalucía más flamenca.

Comenzaba el espectáculo con un recorrido hipnótico por las ciudades que han sido cuna de este arte, Granada o Jerez, entre muchas otras, con sus respectivos cantes jondos y de una calidad impoluta propia de una trayectoria como la de los artistas que compartían el escenario. Quien conoce bien los palos y ha sabido exprimir el duende de cada rincón andaluz, lugar que siempre ha sido un hogar para lo flamenco, como es el caso de Arcángel, Miguel Ángel Cortés y los Mellis, sabe bien cómo hacer caminar a esta música. Para el que entendiera de compases y armonías debió ser aquel comienzo como una especie de juego en el que el flamenco, sin tomar ni un respiro, viajaba entre estilos que bien podrían pertenecer a familias y orígenes opuestos, pero que encajaban a la perfección.

Y una vez cantadas las soleares, los tangos y las seguiriyas, el viaje hacía una parada en Málaga y Levante. Con la sutileza y el intimismo que generan los llamados cantes libres, una voz y una guitarra expresaban la libertad que el cantaor abanderaba con unas interesantes palabras al cierre del recital.

Cerrando esta etapa con una guitarra solista y envolvente, sobre un escenario oscuro y vacío, regresaba el cantaor con sus palmeros, para terminar el viaje con una gran fiesta. Cantes de ida y vuelta, y con destino final en Cádiz, acompañaban las palmas maravillosas de Los Mellis de Huelva a las letras tan animadas que conocemos por guajiras o alegrías.

Y se encendieron las luces de sala, avisando de que el viaje, que ciertamente como decía el cantaor había sido una experiencia espiritual, había terminado. Ovación de un público madrileño que siempre arropa el flamenco como si ya fuera algo suyo. En el festival que se ha convertido ya por tradición en una cita que ningún aficionado ni amante de lo andaluz debe perderse. Arropando, porque no debemos olvidarla nunca, a una tradición que nos devuelve a los inicios, a los veneros, al origen y principio de donde procede, en este caso, nuestro admirado flamenco.

Fotos: Pablo Lorente / Suma Flamenca.

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