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Romero, mastranto y arte… mucho arte

XXXVII ‘Festival Castillo del Cante’ Ojén (Málaga). 6/8/2011

Entre aromas de romero y mastranto, el festival ‘Castillo del Cante’ de Ojén alcanzaba su trigesimo séptima edición, con el siempre eficaz Salvador de la Peña como maestro de ceremonias. Abrió el fuego El Pibri de Álora, secundado por el Niño de Aljaima a la guitarra, por soleá. Su aspecto bohemio (barba poblada y mascota) unido al pellizco con el que canta y su don de gentes hacen que sepa ganarse al público desde el primer momento. También interpretó malagueñas y abandolao, fandangos, cantes de Levante y milonga, sentida y dulce. Se atiene a los cánones, pero con personalidad. Se despidió por fandangos con letras reivindicativas, al estilo de El Cabrero.
La onubense Pilar Bogado, estrella televisiva del programa ‘Menuda Noche’, de Canal Sur TV, ¡a sus doce años!, sorprendió por su desparpajo para afrontar dignamente cantes con tanta enjundia como la malagueña de Chacón, con su abandolao correspondiente, en este caso el fandango de Frasquito Yerbabuena, tangos, cantiñas y seguiriya, “un cante muy difícil, pero es mi preferido”. La trianera Esperanza Fernández confesó en una ocasión que ella fue incapaz de cantar por seguiryas a esta edad, por lo que le augura un gran futuro. Es un diamante en bruto. Carmelo Picón le acompañó con solvencia a la guitarra y arrancó unos merecidos aplausos con sus falsetas. Valiente y bravía, rindió homenaje a su tierra por fandangos, en la despedida, y no se fue sin cantar por bulerías.
Turno para Luis de Córdoba, clásico de la vieja escuela. Peina canas de sabiduría y madurez. Da gusto escucharlo en la vidalita (los cantes de ida y vuelta siempre se le dieron muy bien), secundado por Manuel Silveria, magistral a la guitarra. ¡Y cómo modula su voz! Acto seguido, toná, liviana de su creación y seguiriya. Quejío dulce, hiriente, pero tamizado por su bella voz. También interpretó alegrías, incluida una jota (no se olvide que, según algunos estudiosos, está en el origen de las alegrías), malagueñas con abandolao y tientos-tangos. Dijo adiós por fandangos.
Momento para el baile de una artista local, Fina La Churruca. Descolla en el cuadro flamenco que la acompaña Bonela Hijo, al cante. Lo completan Ramón Rodríguez, a la guitarra, y El Yaya y Miguel Infante, a las palmas. El cantaor malagueño abre la actuación con una toná muy sentida. Prosigue por seguiriyas y alegrías. Es un baile, el de La Churruca, de corte clásico y personal. Más contenido en el primer palo y libérrimo en el segundo. Despedida por bulerías.
Aún quedaban los dos momentos estelares de la noche. El primero, con Mayte Martín, cuya voz, con una afinación prodigiosa, te atraviesa. Le acompañaba Juan Ramón Caro, elegante y pulcro en la pulsación. Principió la catalana por granaínas y continuó por malagueñas de Chacón y abandolaos (rondeña y fandango de Frasquito Yerbabuena). Inmenso Caro, colosal Martín. Perfectamente acoplados. En los fandangos, hizo un guiño a Morente. Pese a su grandeza (y quizá por eso), su entrega es absoluta, en cuerpo y alma. Dedicó la guajira, “al maestro de estos cantes, Juan Valderrama”. Dulzura y profundidad a raudales. Con el público puesto en pie, arrostró las bulerías. Aún habría tiempo para la belleza del bolero (Un compromiso, de Machín) y de la copla (Ten cuidao, de Rafael de León y Solano).
La guinda la puso Arcángel, con su inseparable Miguel Ángel Cortes, primoroso en el toque. Este cronista los ha visto en directo tres veces en nueve meses y es una delicia repetir. Por soleá, el onubense se mostró profundo, elegante, grande. En la malagueña del Mellizo, Cortés fue muy aplaudido por su falseta. La remató Arcángel con un abandolao (rondeña) muy celebrado. Ofreció, acto seguido, una larga tanda por tangos, con guiños a Camarón. Por seguiriyas, cante duro y difícil donde los haya, canta con una facilidad pasmosa. En las alegrías, con la habitual y bella introducción casi en un susurro, con la guitarra como bajo, se alcanzó un momento álgido. Brillante despedida por fandangos de su tierra, con homenaje incluido al gran Paco Toronjo.
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