Manuel Morao, maestro jerezano de la guitarra flamenca, patriarca de la saga de los Morao, recibió ayer el alta médica tras superar el Covid-19 a sus 91 años.
Se inició en el mundo de la guitarra a través de Javier Molina. Con doce años ya convive con artistas como La Niña de los Peines o Antonio Mairena y comienza a viajar en las compañías de Caracol, Lola Flores o Concha Piquer.
En los cincuenta se consolida como la primera guitarra del Ballet Nacional de Antonio El Bailarín, viajando con él por todo el mundo Después de muchos años de trabajo en los escenarios, Manuel Morao decide pasar a un segundo plano para dar oportunidades a los jóvenes valores de su tierra
Así, crea, a principios de los ochenta, Gitanos de Jerez, una empresa diseñada para ayudar y promocionar a la nueva hornada artística Gracias a esta iniciativa se dieron a conocer cantaores como La Macanita o el Torta y se grabaron discos de multitud de artistas, todos gitanos. Recibió en 2001 el premio Compás del Cante que otorga la Fundación Cruzcampo. Su saga continúa a través de su sobrino-nieto Diego del Morao.