Ciclo ‘Flamenco lo serás tú’. ‘Ópera flamenca’. Cante y piano: Israel Fernández. Guitarra: Diego del Morao. Palmas: Marco Carpio y Pirulo. Directora de escena: Herminia Navas. Lugar: Teatro Cervantes de Málaga. Día: Domingo, 24 de abril de 2022. Aforo: Lleno.
Israel Fernández y Diego del Morao, pareja de moda del flamenco desde hace años, triunfaron el pasado domingo en el Teatro Cervantes de Málaga, que había colgado el cartel de ‘No hay billetes’, con su espectáculo ‘Ópera flamenca’.
«Hablar de la ópera flamenca -rezaba la sinopsis- es hablar de una época crucial, e injustamente tratada, para el arte flamenco que perduró desde mediados de los años 20 hasta mediados de los 50 y que consiguió hacer del arte jondo un género de masas con genios como Chacón, La Niña de los Peines, Manolo Caracol o Pepe Marchena«.
La guitarra de Diego del Morao precede a Israel Fernández, que hace su aparición viniendo desde atrás del escenario para interpretar una larga tanda de fandangos, uno de los palos característicos de la época referida, a la que ambos hacen justicia porque quieren y, sobre todo, porque pueden.
Prosigue el cantaor toledano por soleá, sabiamente acompañado por el hijo de Moraíto Chico con gusto, flamencura y soniquete marca de la casa, y por Levante.
Hasta que llega una de las sorpresas agradables de la tarde, Fernández canta una milonga y se acompaña él mismo al piano.
Vuelve Diego del Morao, ubicado ahora en un lado del escenario e Israel Fernández canta por seguiriyas. Los vellos como escarpias. El jerezano deja una gran falseta, con la que arranca una sonora ovación del respetable, que premia al toledano con otro caluroso aplauso. Momento cumbre.
El recital, que fue una pura delicia de principio a fin, continuó por malagueñas de El Mellizo y guajiras y brindó una nueva ocasión de ver a Israel Fernández sentado al piano en la nana.
Se incorporan los palmeros, Marcos Carpio y Pirulo. «Ya estamos en Jerez», espetan. La luz y la fiesta se adueñan de las tablas del Cervantes. Junto a Diego del Morao, preparan el terreno para la rentrée de Fernández, que deleita a los presentes con una cuidada selección de cuplés por bulerías (Cielito lindo, ranchera que grabó Pastora Pavón, o Los. cuatro muleros de Lorca, entre otros). El respetable, entregado, lo premia con una fortísima ovación.
Ya en la despedida, cierra el círculo con fandangos de El Gloria, enhiesto, como Diego del Morao, quien emulando a Parrilla de Jerez, toca con un pie en la silla.
A continuación, el toledano se dirige a la afición en estos términos: «Llevar a Diego para mí es un seguro de vida. He cantado con todo mi corazón y humildad. Yo toco el piano muy mal, pero con todo mi amor. Estoy muy nervioso, me da mucha vergüenza hablar, voy a cantar otra vez». Y lo hizo en el fin de fiesta por bulerías, con pataítas de arte incluidas del guitarrista y los palmeros, guinda a una tarde memorable.
Fotos: Daniel Pérez / Teatro Cervantes
