La noche del 23 de agosto pasada, pude por fin, asistir al espectáculo que cada verano
presenta en los Jardines del Generalife el programa ‘Lorca y Granada’ y que este año
cumple la 16 edición. La obra en cuestión lleva por título ‘Flamencolorquiano’ (todo junto) y es la propuesta que presenta el Ballet Flamenco de Andalucía y que podrá verse hasta el 1 de septiembre próximo. La idea original es de Valeriano Baños y Rafael Estévez y la dirección artística de este último. La música ha sido compuesta en una gran parte por el genial guitarrista Jesús Guerrero, y como cantaores invitados van alternando Arcángel y María Terremoto.
La noche del 23 era el turno de La Terremoto (de ahí el titular) a la que tenía mucha gana de escuchar en directo, porque es una de las figuras actuales del cante. El aforo, que rondaría las mil personas, quedó más que satisfecho con la gran actuación de la jerezana. No así con el resto del espectáculo que ha generado las opiniones más dispares que se puedan imaginar.
Tal controversia me ha llevado a prescindir de mi opinión personal para recabar la de los demás, en un intento de comprender por qué la obra gustó muchísimo a unas personas y poquísimo a otras. A tal empeño me he dedicado a encuestar a los que reconocí entre el público y a través del Whatsapp he compartido opiniones contrarias, en un juego malévolo, para ver sus reacciones. Para que se hagan una idea de lo que digo, transcribo parte de las conversaciones, cambiando el nombre de los protagonistas para que no se me enfade ninguno.
A la pregunta ¿Qué te pareció ‘Flamencolorquiano’?, obtuve, entre otras, las siguientes respuestas:
Carmen: «Una mierda muy gorda».
Antonio: «Sublime. Es una gran obra teatral que refleja a la perfección el mundo de Lorca».
Sofía: «Maravilloso, recomiendo a todo el mundo que lo vea».
Paula: «No me gustó nada. He visto casi todas las ediciones y ésta es la peor».
Marta: «Me pareció muy pesada, demasiado larga, pero cuando salí me encontré a un
experto lorquiano y me dijo que era lo mejor que había visto en su vida sobre Lorca. Flipé
en colores».
Ahondando en el tema, les pedí que me dieran los motivos de su respuesta anterior. Y éstas
fueron sus respuestas:
Carmen: «Eso no es flamenco, excepto lo de María Terremoto, que es lo único que valió la
pena. A las bailaoras parece que le daban espasmos y apenas taconeaban. Los bailaores
siempre hacían lo mismo, incluso se fueron de compás en varias ocasiones».
Antonio: «Es una buena obra teatral musical como Billy Eliot o El Rey León, con una introducción y un epílogo (glorioso) y entre ambos un continuo en siete actos que se desarrollan a través del arcoíris de las obras y la vida de Federico García Lorca en sus tiempos y sus temáticas: poéticas, literarias, teatrales y vitales a través de una coreografía magistral».