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Actulizado 11:01 AM UTC, Apr 26, 2024

Estrella Morente abre con brillantez el ciclo ‘Flamenco en el Soho’

‘Flamenco en el Soho’. Cante: Estrella Morente. Guitarra: Montoyita. Palmas y coros: Ángel Gabarre y Antonio Carbonell. Percusión: Curro Conde. Piano: José María Cortina. Lugar: Teatro del Soho de Málaga. Día: Jueves, 9 de febrero de 2023. Aforo: Lleno.

Estrella Morente abrió con brillantez la tercera edición del ciclo ‘Flamenco en el Soho’, que programa el malagueño Teatro del Soho, impulsado por Antonio Banderas.

Principia y se templa por alegrías. Prosigue pellizcando por tangos, con Sacerdotes («¿Quién te escribirá canciones de amor?»), la versión que su padre grabó de Leonard Cohen. Una delicia.

Acto seguido, la cantaora granadina le dedica una copla a la tierra en la que vive, bailando desde su silla de enea: «Málaga es una rosa más bonita que ninguna, que se duerme con el sol y se despierta con la luna… Contigo me casaría si tú quisieras esta primavera».

«En Málaga también te tenemos en el corazón», le responde cariñosamente una señora.

Vuelve a su progenitor, su eterna fuente de inspiración, para arrostrar La leyenda del tiempo, por tientos, de forma intimista a solas con la guitarra maestra de su tío Montoyita.

A continuación, sorprende gratamente a los presentes por tonás, al interpretar el pregón del Niño de las Moras.

Turno para el tango. Estrella le dedica el clásico Naranjo en flor al músico argentino Juan Rossler («al que hemos perdido hace poco, un beso al cielo»), a solas con el piano de José María Cortina. E improvisa otro tango, Nostalgia, que no estaba en el repertorio.

Llega el momento cumbre de la tarde, con La Estrella, de Morente, que en la voz de caramelo de su hija suena a gloria bendita. Los vellos como escarpias.

Aún sonarían Una espina clavá, a ritmo de pasodoble, y Soledad, que preceden a La noche de mi amor, por bulerías.

Y dice adiós con el gardeliano Volver, banda sonora de la película homónima de Almodóvar. La canta sin amplificación y se la dedica a su marido, el diestro malagueño Javier Conde, y a su hija, allí presentes, pataíta de arte incluida.

El respetable, que llenaba el Teatro del Soho, la despide enhiesto y con un largo y calurosísimo aplauso, que deviene en palmas por bulerías, que ella corresponde con otra pataíta de arte.

Fotos: Lorenzo Carnero (Agencia Punto Press).

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