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Actulizado 11:28 PM UTC, Apr 17, 2024

El género andaluz y su proyección en el flamenco

Aunque el mayor experto, a día de hoy, en las aportaciones del género andaluz al flamenco es Gregorio Valderrama, vamos a intentar exponer algunos hechos que condujeron a que fuese en este género donde se pueden encontrar más matices que en ningún otro género sobre el flamenco.

Se llamó género andaluz a una serie de características tanto literarias, teatrales, pictóricas y de otras indoles diversas que aparecieron entre 1839 y 1860, sobre todo en el Madrid Romántico. Tanto en el extranjero como en la capital de España, desde el final de las guerras napoleónicas, lo andaluz se puso muy de moda. Esto fue propiciado principalmente por la derrota napoleónica, lo cual llevó a muchos intelectuales afrancesados a evadirse con los cuadros exóticos que lo andaluz les concedía.

También por la otra parte, los españoles más reaccionarios quisieron enfrentarse a las músicas italianas y francesas que colmaban a diario los teatros y salones de toda España. Así, todo lo referente al hecho cultural que se movía iba inmerso en los tipos y arquetipos que promovían lo andaluz. Por tanto, no es de extrañar que en Francia, la vida teatral girase alrededor de artistas boleras, como la Guy Stephan, las Hermanas Essler, La Taglioni, y de algunos españoles exiliados que un poco antes de la invasión francesa de España, caso de Fernando Sor o Manuel García, compusieron canciones y obras inspiradas en una Andalucía inventada y casi inexistente.

Gregorio Valderrama

Si buscamos a los creadores de este movimiento, habría que buscarlos en aquellos literatos que siguiendo el hecho del Romanticismo veían cómo el Modernismo estaba acabando con las tradiciones de antaño. Esto fue un hecho muy natural en el subgénero posteriormente nacido, como fue el costumbrismo, que unido al hecho nacionalista, pusieron en valor lo antiguo, las tradiciones y un pasado glorioso frente a los avances del capitalismo industrial y moderno.

De éstos, podemos destacar a Serafín Estébanez Calderón, Ramón Franquelo, Emrique Zumel, Tomás Rodríguez Rubí, Jose María Gutierrez del Alba, Alberto Lista y una larga nómina que no nombramos por ser una lista interminable.

Así, todo lo referente al casticismo andaluz podemos encontrarlo en este tipo de género, ya sea en obras teatrales como juguetes o zarzuelas, en novelas llamadas a veces ‘novelas andaluzas’, en poesías, en libros de relatos, y en las músicas y canciones españolas que se adaptaron al gusto del romántico de la época. Gusto que, como dice Gregorio Valderrama, vio en la música y en la creación de músicas andaluzas el mejor escaparate para vender un producto que en aquellos años fue el más demandado, y el que la población asumiría con más facilidad. Esto se produjo principalmente por la alta tasa de analfabetismo que por aquellos años recorria la Península.

“Éstos crearon una gran multitud de obras de músicas andaluzas en las cuales podemos encontrar las primeras partituras de flamenco»

Y hasta tal punto llegó el gusto por las músicas andaluzas que incluso, en un principio, algunos de los mayores creadores de éstas no pertenecieron ninguno de ellos a la tierra de María Santísima, caso de Sebastían IradierMariano Soriano Fuertes o Manuel Sanz de Terroba, que se movían entre el País Vasco, Murcía y la Rioja. Éstos crearon una gran multitud de obras de músicas andaluzas en las cuales podemos encontrar las primeras partituras de flamenco, que hasta hoy se han encontrado. Tenemos polos, soleares, malagueñas, rondeñas, en obras como ‘La Venta de Cárdenas’, ‘La Soledad de los Barquillos’ y ‘La Malagueña’ (Iradier, 1840-1850).

Mariano Soriano Fuertes fue de los más prolíficos en este sentido, llegando a crear obras tan importantes como ‘El Tío Caniyitas’, ‘La Serrana’, ‘Geroma la Castañera’, ‘La Chachi’ y otras, en las que podemos encontrar la música del cante por caracoles o el mirabrás.

Fijémonos qué influjo tendría el género andaluz y su canciones andaluzas que, como dice Gregorio Valderrama, la obra ‘El cantaor de Sevilla’ fue grabada por Cayetano Muriel en 1930 y como soleá por Juanito Valderrama en 1947. La letra decía lo siguiente: «Ni contigo ni sin ti/ mis males hallan remedio/ contigo porque me matas/ y sin ti porque me muero».

A raiz de aquí, se compusieron cientos de estas obras de tipo andaluz, hasta la crisis teatral de los años 60 del siglo XIX, en la que estas canciones se alejan de los teatros principalmente y se insertan en los cafés- teatros (también llamados cafés cantantes) y en el mundo de la zarzuela y posteriormente del género chico, pero eso ya es otra historia.

 

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