El flamenco es reconocido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO un 16 de noviembre de 2010, en Nairobi (Kenia). Pero mucho antes ya era reconocido internacionalmente gracias a la labor que hicieron los propios artistas. El flamenco lo hacen hombres y mujeres y no las instituciones, que de ellas no reciben el apoyo y el soporte que necesitan para mantenerse vivo. Ya a principios del siglo XX hombres como Ramón Montoya o Agustín Castellón Sabicas llevaron el flamenco fuera de nuestras fronteras con muy buena acogida; o entre las mujeres, Carmen Amaya paseó su baile por Hispanoamérica, por poner algunos ejemplos. Más recientemente, Paco de Lucía y Camarón elevaron el flamenco a lo más alto de la historia de este género. Pero de “buen nacido es ser bien agradecido”, se agradece que un organismo internacional como la UNESCO lo reconozca también.
No voy a contar ahora cómo está el flamenco en las escuelas y conservatorios, y en el mismo ente público de Canal Sur, por poner sólo unos ejemplos. Me lo guardo para el análisis más detallado de toda esta problemática, que rodea o nuestro patrimonio cultural y a nuestra seña de identidad que representa el flamenco en Andalucía, en mi programa de radio de los viernes Flamenco de Papel. Por ahora sólo avanzar que a dos semanas de la celebración del Día Mundial del Flamenco, aunque es evidente que la situación de los artistas ha mejorado, al margen de la pandemia, las instituciones andaluzas hacen poco o nada por que el flamenco esté en la enseñanza reglada, y no me refiero al «libre albedrío», que muchos profesores con mucha voluntad y porque aman a nuestra música, llevan a sus niños el tema del flamenco a la escuela. ¿Cómo es posible que una música que ya es Patrimonio de la Humanidad no sea patrimonio de la escuela?
¿Cómo es posible que una música que ya es Patrimonio de la Humanidad no sea patrimonio de la escuela?
Podemos decir que, en nuestra comarca, Mijas-Fuengirola, el flamenco goza de muy buena salud en comparación con otros lugares. A pesar de las trabas de todo tipo que vamos encontrando, podemos presumir de que tenemos más de 10 guitarristas capaces de subirse a un escenario. De todos estos que dominan la sonanta, cuatro ocupan puestos importantes en la labor de la docencia: Carlos Haro, profesor de la Casa de la Cultura de La Cala de Mijas; Hugo Dogma, profesor de la Escuela Municipal de Música de Fuengirola; José Antonio Rojas, profesor de la Escuela de Cante Juan de La Loma (Peña Flamenca Unión del Cante) y quien escribe, Diego Morilla, profesor de la Casa de la Cultura de Las Lagunas (Mijas). No creo quedar haya muchos pueblos y ciudades que cuenten con esta numerosa representación de artistas y profesores de la bajañí.
Otro tanto podíamos decir referente al cante y al baile: José García El Petro, profesor de cante flamenco de la Escuela de Cante Juan de La Loma (Peña Flamenca Unión del Cante); Ana Serrano, profesora de cante de la Escuela Municipal de Música de Fuengirola; Bernardi Gabriel, profesora de baile de la Casa de la Cultura de Las Lagunas (Mijas); Feli Gabriel, profesora de baile de la Casa de la Cultura de Las Lagunas y La Cala (Mijas), Víctor Rojas, Remedios Fernández, Rafi Cuevas, etc.
Y podría nombrar a muchos cantaores y a muchas cantaoras con premios importantes: Juan de La Loma, Barquerito de Fuengirola, Paqui Rosales, José El Petro, Sebastián Navas, Isabel Guerreros, Fran Blanco, Ana Serrano, Rufino Rivas, Anastasio Ortigosa, Ismael Tamayo, José López, etc.
Como decía más arriba, pocos pueblos y ciudades cuentan con una nómina de artistas tan amplia como la que nosotros, ciudadanos de Mijas y Fuengirola, tenemos el privilegio de presumir. Por eso es importante desde los ayuntamientos apoyar a las Peñas Flamencas de nuestra localidad para que se reconozca y se considere la gran cantera de artistas que tenemos en nuestra comarca.
Para más información sobre el concierto de Ismael Tamayo y José Antonio Rojas del pasado 24 de octubre visita la Revista PELLIZCO FLAMENCO de nuestro amigo Fran Reina.