Presentación del disco ‘Sentidos del alma’. Cante: Alfredo Tejada. Guitarra: José Luis Montón y Óscar Lago. Coros y palmas: José y Maka (Makarines), Mariano Cortés y Gilberto de La Luz. Violín: Nelson Doblas. Piano: Melodie Gimard. Teclado: Nolberto Rodríguez. Percusión: David Galiano. Artistas invitados: Enrique Pantoja y Suhail Serghini. Lugar: Teatro Isabel la Católica de Granada. Día: Sábado, 8 de diciembre de 2018. Aforo: Tres cuartos de entrada.
Alfredo Tejada presentó en Granada su nuevo trabajo discográfico, que lleva por título ‘Sentidos del Alma’, comenzando con una petenera dedicada a Aylan Kurdi, el niño sirio cuya foto, en la que yacía ahogado en una playa, conmovió al mundo entero. La voz desgarradora de Tejada sonó como un lamento de protesta, reforzada por las imágenes proyectadas de sufrimiento infantil, horrores de la guerra y de injusticia humana, en un ambiente dramático como sólo el flamenco es capaz de representar. Suhail Serghini contribuyó cantando en árabe y fusionándose con Tejada en un abrazo de hermanamiento entre las distintas culturas.
Era el primer palo y el respetable cayó rendido ante la enorme calidad de este cantaor, llamado a ser uno de los grandes por su poderoso torrente de voz, exquisita modulación, por arriba, por abajo y por los lados (si es que existe la modulación lateral), perfecto en afinación y en ritmo. Además se muestra seguro en el escenario, se mueve con soltura y conecta con el público de principio a fin.
El resto del espectáculo es un recorrido por los temas del disco, con una soleá acompañada con sutileza por el gran guitarrista José Luis Montón. Bulerías, con Enrique Pantoja, Makarines y el resto de artistas del elenco; a la que sigue un fandango murciano, unos tangos de la tierra, la zambra ‘Carcelero carcelero’, tributo a Caracol; una elegía ad libitum a Miguel Hernández y el piano de Melodie Gimard; unas alegrías y el momento estelar de la noche: el Réquiem al genio de los genios, en un sentido homenaje a Enrique Morente. Con la viuda, Aurora Carbonell, entre el público, Tejada se entregó como pocas veces he visto, emocionado, extenuado, llorando y haciendo llorar a la mayoría de los presentes. La imagen proyectada del añorado Morente culminó uno de los homenajes más sentidos que se recuerde.
La farruca a su hija Lola, que cuenta, en palabras del progenitor, con 14 meses de edad, dio paso a la participación de Enrique Pantoja, que puso la nota de alegría cantando, bailando y recitando por bulerías.
Y en el fin de fiesta, Tejada invitó a subir al escenario a una joven promesa del baile granadino, llamada Triana, que no levantando un palmo del suelo acreditó tener arte por los cuatro costados.
En suma, un gran espectáculo, con un gran cantaor y un elenco de excelentes músicos, a los que hay que darles las gracias por mostrar la grandeza de este arte llamado flamenco.