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Actulizado 11:01 AM UTC, Apr 26, 2024

Su primera vez en el Festival de Ojén y con Mayte Martín

XLIV Festival Flamenco Castillo del Cante de Ojén. Cante: El Cabrero, Pedro El Granaíno, Mayte Martín y Alfredo Tejada. Guitarra: Óscar Lago, Manuel Herrera, Alejandro Hurtado y Patrocinio Hijo. Lugar: Patio del CEIP Los Llanos de Ojén (Málaga). Día: Sábado, 4  de agosto de 2018. Aforo: Lleno. 

La noche prometía con un cartel digno de recordatorio; y es que a título personal, el acudir en representación de la Revista Pellizco Flamenco, me permitía por un lado visitar por vez primera este festival de Ojén, que siempre se me había resistido por encontrarme ausente en anteriores años; y paralelamente escuchar en vivo y por vez primera a Mayte Martín.

Alfredo Tejada abría el cartel y la noche, de la mano de la guitarra de Oscar Lago. Disfruté mucho el año pasado en Benalmádena Pueblo de este cantaor, recién galardonado con la preciada Lámpara Minera, y tenía muchas ganas de volver a coincidir en esta velada de Ojén. Sin embargo, al llegar al patio del Colegio, se me ofreció la oportunidad de participar como oyente del cuarto de cabales donde El Cabrero y la guitarra de Manuel Herrera hacían voces y calentamiento de manos. Lo que en un principio estimé que sería una breve visita a los artistas, se convirtió en una experiencia mágica junto a un hombre que aún conserva la pasión por el cante y disfruta de su tiempo sin tratarlo como una obligación laboral. Hecho trascendental que me puso en el dilema de sacrificar la actuación de Alfredo Tejada frente a la experiencia que estaba viviendo. -Alfredo discúlpame y aunque mi cámara capturó tu buen hacer, para ser honestos, fue durante tu último cante de la noche. Espero verte pronto y recuperar este momento.-

El Cabrero, sin darse cuenta de dónde estaba, bajó de ese lugar donde residen ciertos artistas a la voz de un extraño que abrió nuestro pequeño mundo para decir: “Los siguientes sois vosotros”. A modo de despertador funcionaron esas palabras, que nos desvelaron de tan agradable sueño. Bajamos y comenzó mi Festival de Ojén.

El Cabrero arrancó por la soleá de su último disco, ‘Ni Rienda Ni Jierro Encima’. Continuó por serranas, seguiriyas, fandangos, Luz de Luna y varios cantes de influencia gaucha, con especial mención a la figura de Alberto Cortez. El público vibró varias veces y otras tantas fue respondido por pensamientos profundos del ‘pastor de cabras’. Reivindicativo como siempre, alega que ahora es peor ser contrario al sistema, y no por el peligro que conlleva, sino porque ya nadie escucha lo que prodiga.

La noche continuaba y Mayte Martin salió al escenario de la mano de una guitarra suave y contundente, que sabía dejar espacio a la artista sin perder en ningún momento la verdad del acompañamiento. Alejandro Hurtado, Bordón Minero, coadyuvó a mostrar toda la sensualidad del cante de Mayte Martín, que a sus 53 anos recordaba su visita al festival 31 años antes. Demasiado tiempo para el aficionado. Comenzó por granainas, dulce y llena de matices, me recordó a las primeras sensaciones melódicas que trasmiten los cantes de ida y vuelta cuando se inician tras cantes profundos como la soleá o la seguiriya; me relajó el alma. Por fin, pude escuchar a Mayte en directo. Peteneras, soleá, tientos-tangos y cantiñas, para terminar por bulerías en un tono enigmático de la guitarra que me dejó un gran sabor de boca.

El presentador y conductor de la noche, Salvador de la Peña, anunció tras Mayte Martín un intermedio que me permitió disfrutar de la excelente noche de verano que teníamos en Ojén. Me parecía increíble que con el calor tan desesperante que tuvimos en la costa durante el día, se pudiese estar tan bien. El entorno era perfecto, el olor de la sierra inundaba mis sentidos, la media luna, el hermoso pueblo, ese patio del colegio que hasta hace semanas recogía la algarabía de sus alumnos….y de pronto me di cuenta que la organización había diseminado por todo el suelo del lugar ramas de romero, romero seco, romero verde… El oído, la vista y el olfato enriquecían mis sensaciones, el gusto también,, con degustaciones de vino y pasas, aparte de las viandas y bebidas que se dispensaban en el lugar. Bravo a los organizadores y colaboradores del festival. Enhorabuena a todos.

Rafael Amargo y su cuadro dieron inicio a la segunda parte ya entrada la noche, cerca de las tres de la madrugada, que remató Pedro el Granaino junto a la guitarra de Patrocinio Hijo y sus cantes de compás, comenzando por soleares y continuando por bulerias. La noche discurría y en torno a las cinco de la mañana, los quejios se fueron apagando, ralentizando… y sin embargo se escuchaba ese repique de herramientas trabajando para un próximo Castillo del Cante de Ojén.

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