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Triana Ramos y Antonio Canales sacan a la Bienal de Málaga por la Puerta Grande

VI Bienal de Flamenco de Málaga. ‘La imagen de una pasión: Diálogo con Navegante’’. Dirección escénica y coreografía: Rubén Olmo. Baile: Triana Ramos. Cante: Enrique El Extremeño, Juan José Amador y Segundo Falcón. Guitarra: Juan Campallo, Camarón de Pitita y Manuel Amador. Percusión: José Carrasco. Artista invitado: Antonio Canales. Colaboración especial: Rafael Riqueni. Lugar: Teatro Cervantes de Málaga. Día: Miércoles, 3 de abril de 2019. Aforo: Lleno.

La VI Bienal de Flamenco de Málaga apostó para su gala inaugural por la jovencísima bailaora Triana Ramos, de sólo 21 años, que, con el maestro Antonio Canales como artista invitado, logró sacarla por la Puerta Grande, con un espectáculo inspirado en el torero José Tomás y su libro ‘Diálogo con Navegante’, en el que conversa con el toro que a punto estuvo de quitarle la vida de una cornada en México. 

Previamente, con Gonzalo Rojo como maestro de ceremonias, tuvieron lugar los discursos protocolarios del presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado, y del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre. La Voz del Flamenco fue, en esta ocasión, Pablo Franco, vicepresidente de la Peña Juan Breva. Fue el suyo un discurso poético, pasional y reivindicativo del valor del flamenco, de las peñas, «como semillero de artistas», de Juan Breva en su centenario y de la «Málaga cantaora» de Machado.

El homenaje, merecidísimo, de esta edición fue para Fosforito, V Llave de Oro del Cante, que recibió precisamente en el Teatro Cervantes el 11 de octubre de 2005. El maestro pontanés residente en Málaga desde hace muchos años, recibió la distinción de la Bienal en el día en que se cumplía el primer aniversario del fallecimiento del anteriormente homenajeado, Antonio de Canillas. 

El respetable le brindó una calurosa ovación, que Fosforito correspondió con palabras henchidas de emoción y recitando versos del poeta Martínez Hernández. «Como barro de alfarero me siento yo entre tus manos de tanto como te quiero», espetó.

Triana Ramos, con bata de cola y mantón, baila de inicio un pasodoble taurino entre los oles del cuadro. La talaverana, hija de la bailaora malagueña Carmen Sánchez, se viste de torero (chaquetilla y montera) con la ayuda del cantaor Juan José Amador. Representa la fase de la ilusión, sentimiento previo del torero antes de torear.

Sale Canales a escena en el papel de Navegante, al que emula. El maestro y la joven aventajada bailan a dúo y ella acaba encima de él. Escenifican la fase del miedo y el valor.

El bailaor sevillano baila por soleá con el cante de Juan José Amador, excelso, al que le da la réplica y también hace lo propio con El Extremeño y Segundo Falcón. Espectacular Canales. Se mete al público en el bolsillo.

Desciende una cama mientras toca el mago de la guitarra Rafael Riqueni. Escenifican los efectos de la cornada y el supuesto diálogo entre toro y torero. Triana Ramos baila por caña. La dirección escénica y la coreografía corren a cargo de Rubén Olmo, flamante nuevo director del Ballet Nacional.

«Vivir sin torear… no es vivir». Resuena esta frase atribuida a José Tomás antes de bailar Ramos por seguiriyas. Se trata de una estupenda bailaora pese a su juventud, que, completamente de negro, le da la réplica a tres grandes del cante para atrás. «Viva la madre que te parió», le espetan desde el público.

Con todos en el ruedo, suenan unas sevillanas flamenquísimas y sentidas en la voz de Amador. Bella y emotiva estampa la que componen en el adiós.

Fotos: Pellizco Flamenco, Paco Lobato y Lorenzo Carnero.

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