XIII Jornadas Flamencas de la Peña Río del Cante de Riogordo. Cante: Samuel Serrano. Guitarra: Luis El Salao. Presenta: Antonio Gavilán. Lugar: Tablao Flamenco del Bar Eusebio en Riogordo (Málaga). Día: Sábado, 18 de diciembre de 2021. Aforo: Completo.
Samuel Serrano siempre tuvo claro que tenía que fijarse como meta la de los buenos artistas que quieren hacerse un hueco: pisar despacio y fuerte. Su cante es auténtico. Canta tal como es, sin imitar a nadie; lo lleva dentro.
Eusebio Olmedo ha preparado con mimo su tablao para que la Peña Río del Cante ponga en marcha la última actuación de sus Jornadas Flamencas. Eufrasio Cantero realiza las últimas pruebas de sonido. Los aficionados, que llenan la sala, esperan con expectación a los artistas. El presentador, en nombre de la Peña, dedica la actuación al fallecido socio Antonio Soto Villalba. No falta un agradecimiento al Ayuntamiento de Riogordo por su apoyo a las Jornadas Flamencas.
Sorprende el arranque del cantaor chipionero, por toná, a palo seco; muda la guitarra sólo se escucha la voz negra, cruda y racial del cantaor. Cantes de fragua y cárcel. La filosofía del flamenco recoge en sus letras los momentos difíciles de la vida, ‘las fatiguitas’, y los festivos. Llegan los ecos de Cádiz por alegrías: «Marinerito tú eres…»
Siendo niño, le pidió a su madre un disco de El Chocolate. Escuchó su seguiriya y se enamoró del flamenco. Serrano capta adeptos cuando canta por seguiriyas. La guitarra de Luis El Salao pone el marco perfecto para que escuchemos: “…Y hospitalito en Cai/ y a mano derecha/ y allí tenía a mi abuela, La Luisa/ la camita hecha”. Remata el cante de pie, como queriendo expresar con todo su cuerpo la profundidad del sentimiento.
El rasgueo de la guitarra de El Salao anuncia la sevillana En la marisma del cielo, homenaje a los grandes flamencos, como Camarón, Paco de Lucía, Tío Farruco, Niña de los Peines, Moraíto, Tía Anica y tantos otros. “En un rincón de la gloria/ de alegría están llorando…” Vaya por todos ellos.
Y llega un repertorio de fandangos de Chocolate, Agujetas y Juanito Villar bien conducidos por la guitarra del benalmadense. “Yo no pueo’ vivir de esta manera/ el perfume de tu amor me está matando/ si me quieres dímelo ahora/ porque si no yo me voy llorando”. La bulería estaba destinada a poner fin a la actuación de la noche. Pero no fue así, faltaba la soleá. Samuel no podía irse de Riogordo sin hacer ese cante. Los aficionados se la piden y él no defrauda. De Triana, de Cádiz, de Jerez de la Frontera, de Córdoba, de Utrera, de Alcalá… sea la que sea, una soleá bien cantada sale de las entrañas del cantaor, entra por los poros de la piel, para llegar a lo más hondo de cada persona que la escucha con atención. “A quien le voy a contar yo/ las fatiguitas que estoy pasando/ las fatigas que yo tengo…/ se las voy a contar a la tierra/ cuando me estén enterrando”. El público, puesto en pie, aplaude a rabiar a Serrano y a Luis El Salao. ¡Qué buena noche flamenca!
Antes de irse, tras este inusual final, el cantaor confiesa: “Me gustan estos aficionados que saben disfrutar de un fin de fiesta por soleá”.
Fotos: Salvador Sánchez y José Pérez.