Ciclo ‘Un ratito flamenco con…’ del Aula de Flamenco de Mijas. Cante: Paqui Rosales. Guitarra: Diego Morilla. Lugar: Casa de la Cultura de Las Lagunas de Mijas-Costa (Málaga). Día: Viernes, 15 de febrero de 2019. Aforo: Lleno.
Francisca Rosales Blanco (Mijas, 1950), Paqui Rosales para el arte, reapareció con solvencia el pasado viernes, tras seis años sin cantar, dentro del ciclo ‘Un ratito flamenco con…’ del Aula de Flamenco de Mijas, que coordina el guitarrista Diego Morilla, quien trazó una semblanza de la cantaora, charló distendidamente con ella y la acompañó con maestría al toque en varios cantes para regocijo del respetable.
«Esta noche soy feliz, no sé cómo voy a cantar, pero soy feliz por ver las caritas que he visto siempre…», confesó Rosales de entrada, antes de cantar por malagueñas, entre ellas de La Peñaranda. Entre los presentes, los también cantaores José García Vílchez El Petro y Lázaro Camacho y el guitarrista José Antonio Rojas. «Los que saben escuchar también son artistas», apuntó.
La cantaora, mijeña de nacimiento y fuengiroleña de adopción, ya visitó el Aula de Flamenco de Mijas en 2008, con motivo del ‘Homenaje a Manuel Vallejo. Vida y obra de un coloso’. Rosales se inició en el cante a una edad tardía, con 36 años, en la extinta Peña Flamenca Juan de La Loma, de la mano de Pepe Baena. Pero la afición le viene de familia, no en vano su padre la llevaba a festivales y en su casa, según propia confesión, se escuchaba mucho flamenco. Prosigue con una milonga. Preciosa interpretación en su bella voz laína.
Paqui Rosales cuenta con tres discos en su haber: ‘Resurrección de los cantes de Manuel Vallejo’ (1989), con Antonio Losada a la guitarra; ‘Recordando caminos’ (1993), con Martín Perea al toque; y ‘El alba clara’ (2007), con Andrés Cansino y Juan de Córdoba a la guitarra. «A veces, no ha cantado por su exceso de responsabilidad, porque no se encontraba bien», le inquiere Diego Morilla y ella asiente. «¿Vas a seguir cantando?» «A mi edad, eso lo dice el tiempo», sentencia, momentos antes de deleitar al respetable con una vidalita, pellizcando, con suma sensibilidad.
A lo largo de su trayectoria artística, Rosales, que derrocha humildad, sabiduría y sentido común, ha ganado importantes galardones, entre ellos, la Volaera Flamenca de Loja y un primer premio por granaínas en el prestigioso Festival de Cante de Las Minas de La Unión. «Estuve tres días cantando; es el que más trabajo me ha costado conseguir». Pero también fue profeta en su tierra, pues en las tres peñas locales (la Peña Flamenca Unión del Cante de Fuengirola-Mijas, la Peña Flamenca El Gallo, que le rindió un homenaje y la nombró ‘Flamenca de honor’ el 3 de junio de 2016, y la Peña Flamenca del Sur) logró premios.
Reconocida saetera, ha logrado primeros premios en Marbella y Torremolinos, entre otros lugares. El escritor Miguel Moreno Puertas dijo de ella: «Canta como un jilguero, hace vibrar corazones, que nos eleva hacia el cielo». Y así lo pudo comprobar el público cuando, a continuación, cantó por granaínas. Dijo adiós por fandangos, cómo no, de su admirado Vallejo, que borda como nadie. Una delicia.