‘Flamenco Hoofer’s’. Interpretes: Juan de Juan y Jason Samuels Smith. Guitarra, bajo, batería y piano: Ricardo Moreno. Voz flamenca: Rafael de Utrera. Voz negra: Amos. Coreografía: Juan de Juan y Jason Samuels Smith. Dirección musical: Ricardo Moreno. Guión: Juan de Juan. Artista invitada: La Lupi. Lugar: Teatro Cervantes de Málaga. Día: Lunes, 24 de septiembre de 2012. Aforo: Casi lleno.
El presentador del espectáculo lo introdujo con una confesión -«Yo, cuando escucho flamenco, me pongo de rodillas; el corazón se me encoge» (Miles Davis)- y una comparación -un poeta norteamericano, al escuchar a La Niña de los Peines, aseguraba que le recordaba al blues de los negros en los campos de algodón- muy significativas. Al fin y al cabo, Juan de Juan, con la inestimable colaboración de Jason Samuels Smith, ha indagado en las raíces africanas compartidas por el baile flamenco y el tap (o claqué) y, producto de esa investigación, ofrece una propuesta interesante y arriesgada, que recibió los parabienes del público, en la víspera de su estreno en la Bienal de Flamenco de Sevilla. Un viaje de Harlem a Sevilla con parada en Utrera.
El quejío de la toná de Rafael de Utrera, enorme cantaor, se funde con el lamento de la música negra, en la voz de Amos, en tanto que el tap y el baile flamenco entablan un diálogo con raíces comunes en el que prima el sentimiento. Los continuos desplantes y el zapateado poderoso de De Juan se alternan con el virtuosismo rítmico de Samuels Smith.
Por tientos, el cantaor utrerano rinde homenaje a Morente en las letras de Lorca que aquél cantó. De Juan se muestra contundente, visceral y tremendamente expresivo. Se granjea los oles y aplausos de la concurrencia. Por tangos, con batería, piano, bajo y guitarra, la música fluye, con El ronco del Albaicín de nuevo en el recuerdo. En los cantes de Levante, Samuels Smith le da la réplica a Rafael de Utrera. Momento emotivo que provoca oles sentidos y una ovación del respetable. Acto seguido, se cambian los papeles y Amos le canta al bailaor sevillano, que emula al bailarín neoyorquino, pero con personalidad flamenca.
La Lupi deja una pincelada de su arte en unas guajiras precedidas por apuntes de danza contemporánea, original propuesta con la que la malagueña no pierde ni un ápice de hondura. Vuelve Rafael de Utrera por soleá y prosigue el diálogo entre el claqué (Samuels Smith) y el baile flamenco (De Juan). Todo fluye con naturalidad. Y aún habría de darse un espectacular duelo final, con ambas figuras de la danza hermanadas. Apoteósico. En las bulerías por soleá, el utrerano, grandioso, contempla el enorme despliegue técnico y físico final de estos dos colosos.