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El gusto y la afinación de Rancapino Chico

Rancapino Chico con Manuel Jerito Festival Velero Flamenco 2015

XXVIII Festival Velero Flamenco 2015. Cante: Ismael Tamayo y Alonso Núñez ‘Rancapino Chico’. Guitarra: José Antonio Rojas y Manuel Jerito. Palmas: Paco Aragón y Manuel Rodríguez. Compañía Azabache: Juan Antonio Pérez, Carmen Jiménez, Álvaro Moreno, Juan Ramón Heredia y Germán Cervera (Baile), Marga de Jerez (Cante),  Joselillo Campos y Manuel Heredia ‘El Yunke’ (Guitarra). Alejandro Escalera (Flauta). Lugar: Caseta Municipal de la Feria de Las Lagunas de Mijas (Málaga). Día: Viernes, 26 de junio de 2015. Aforo: Casi Lleno.

Un año más, todos los buenos aficionados de la zona, e incluso foráneos, asistieron al XXVIII Festival Velero Flamenco de Las Lagunas de Mijas, que, aunque cortito, fue de muy buen gusto y completo, ya que hubo buen cante y exquisito baile.

Por un lado, los artistas locales Ismael Tamayo, al cante, y José Antonio Rojas, a la guitarra, ambos conocedores del flamenco más puro y, en general, de la buena música. En este sentido, Tamayo cuenta con una trayectoria larguísima desde pequeño, se confiesa amante del más puro funky, pero también del cante más ortodoxo de Manuel Torre. En mi opinión, goza de una ventaja importantísima en el flamenco, su afinación.

Rojas, gran conocedor del difícil mundo de las seis cuerdas flamencas, también ha colaborado con varios artistas ya consagrados en los coros por su gran conocimiento del compás. Hoy día, imparte clases de acompañamiento con la guitarra en la Peña Flamenca Unión del Cante.

También se dio cita el cuadro flamenco Azabache, capitaneado por un gran artista, Juan Antonio Pérez. Su trayectoria en este difícil arte, en el baile flamenco, es dilatadísima, incluso fuera de nuestro país. No en vano, se formó con profesionales de la talla de Rafael Amargo, Antonio el Pipa, Juan Andrés Maya y Rafael Campallo, entre otros.

Por último, como broche de oro del cartel, los artistas Alonso Núñez, Rancapino Chico, al cante, y Manuel Jerito, a la guitarra. Alonso Núñez es hijo del gran cantaor Rancapino, conoce los cantes más añejos de Cádiz a la perfección, al igual que su padre, y se confiesa gran admirador del genio Caracol. Personalmente, lo que más admiro de este artista es su afinación y gusto cuando ejecuta el cante.

Y qué decir de Manuel Jerito, que es un gran guitarrista, que conserva el toque de su padre, Periquín Niño Jero, pero adaptado a los nuevos soniquetes de hoy en dia. Además, tuvo la oportunidad, siendo casi un crío, de acompañar al mismísimo Camarón.

A pesar de las incidencias con la megafonía -añadidas al ruido de las atracciones de feria-, Ismael Tamayo, con la guitarra de Rojas, interpretó dos malagueñas (de El Canario y La Peñaranda) con remate de dos abandolaos (Jabegote y Frasquito Yerbabuena). Seguidamente, regaló a los presentes unos tientos-tangos en los que se acordó de Camarón; en los tangos, hizo un recorrido por Cádiz, Granada y los personales de Morente, con una afinación maravillosa. Continuó por bulerías, donde evocó al gran Chino de Málaga y a Camarón, rematando con las de Cádiz. En las palmas, Paco Aragón, buen guitarrista, y Manuel Rodríguez, gran cantaor. Completó su actuación con un ramillete de fandangos personales, en los que recordó a Morente y al de La Calzá. En un arrebato de inspiración y protesta por los ruidos, improvisó una letrilla del tema ‘A veces quiero estar solo’, del genio Jeros.

Continuamos disfrutando de buen flamenco, en este caso con el baile del grupo Azabache. Comenzaron por tonás y seguiriyas, con muy buena coordinación en la coreografía del baile con el toque y el cante. Seguidamente, bailaron por tangos y Juan Antonio Pérez bailó las alegrías con la firmeza y elegancia que caracterizan a su baile, tan personal. Finalizaron con un fin de fiesta por bulerías improvisando cada uno de los artistas que componen el cuadro flamenco.

Como cierre del festival, Rancapino Chico y Manuel Jerito, que desgraciadamente también pasaron sus fatiguitas con la coordinación del sonido, aunque afortunadamente desde afuera no se oía muy mal. Abrió el chiclanero por soleá de Alcalá, con el gusto que le caracteriza y siguió con unas alegrías muy pausaditas, pero perfectamente metidas a compás. Se las he oído a su padre, Rancapino, y vienen del gran Aurelio Sellés. A continuación, interpretó unos tangos en tono de taranta, que Pansequito grabó en su día bajo el titulo de ‘Yo me estoy enamorando’. En las bulerias, comenzó por Jerez y remató por el gran Caracol. Luego, ofreció un ramillete de fandangos personalísimos, una vez más de Caracol y, por último, a petición de alguien del público, una malagueña de otro de los genios de Cádiz, Enrique el Mellizo.

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