XLIV Festival Juan Breva. Organizan: Consejería de Cultura del Ayuntamiento de Vélez-Málaga; Flamenco Abierto Axarquía y Peña Niño de Vélez. Cante: Pedro El Granaíno y David Palomar. Guitarra: Patrocinio Hijo y Rafael Rodríguez. Palmas: Reyes Martín y Jara Heredia. Baile: Sandra Cisneros y Pepe Torres (artista invitado). Cuadro Flamenco: Miguel Lavi, José El Pechuguita y José Manuel Fernández (cante); y Camarón de Pitita y Julio Cortés (guitarra). Lugar: Explanada del Cerro de San Cristóbal de Vélez-Málaga. Día: Viernes, 27 de agosto de 2021. Aforo: Lleno.
El cerro que alberga la imagen de la Patrona, la Virgen de los Remedios, con Vélez-Málaga a sus pies, sirve de escenario a esta nueva edición del Festival Juan Breva. Presenta el acto Cristóbal Moya, presidente de la Peña Niño de Vélez y también de la Federación de Peñas Flamencas de Málaga.
Poderoso comienzo marcado por la voz cautivadora de Pedro El Granaíno con una soleá “…Mira que no soy de bronce/ y una piedra se quebranta// a fuerza de darle golpes…”. Sigue con una granaína rematada por abandolao “Se fue perdiendo la Alhambra// con el llanto de mis ojos// se fue perdiendo la Alhambra// y me acordé de aquel moro// que lloró por ti Granada// lo mismo que yo te lloro…”
El público acoge el cante con un respetuoso silencio, para no perderse ni un ápice del elixir del cante de El Granaíno. El magistral rasgueo de guitarra de Patrocinio Hijo nos lleva a la seguiriya. No podían faltar los tientos, que tanto nos recuerdan a Camarón: “Que yo seré como la mimbre// y aunque cien años dure// que la bambolea el aire// pero se mantiene firme…» Y llega la inolvidable Leyenda del tiempo, de Lorca: “Nadie puede abrir semillas// en el corazón del sueño.// El sueño va sobre el tiempo// flotando como un velero…// ¡Ay como canta el alba, cómo canta!// qué témpanos de hielo azul levanta”.
Hace mención el cantaor granadino a la presencia de Antonio Carmona Gómez, nonagenario cantaor linense, conocido por todos como Antonio El Rubio, a quien le dedica unos fandangos. Cuando parecía que iba a finalizar la actuación, El Granaíno y Patrocinio Hijo nos regalan ese himno al flamenco que es Réquiem, que Vicente Amigo dedicó en su momento al inmortal Paco de Lucía: “Será la Tierra// serán los soles// mares y Luna quienes te añoren// será el flamenco// quien con más fuerza// te eche de menos y a ti te llore…”
Transmitir sentimientos y llegar al corazón es la razón de ser del flamenco. Esto es lo que nos han traído a bailaora almarcheña Sandra Cisneros y el bailaor de Morón de la Frontera Pepe Torres. Aparece ella bailando por martinetes (“Cuando estás a mi vera”), así, a palo seco, con su poderoso taconeo; le sigue él, bailaor de inspiración. Los dos se unen en un mano a mano por soleá, se dan la réplica en un derroche de arte. El tablao “arde”.
Le siguen unos tarantos, donde Cisneros da un recital de plasticidad de movimientos. La Luna sale para acompañar a la bailaora en el “No me llames Dolores, llámame Lola”, que popularizara Lola Flores. A renglón seguido, Pepe Torres hace lo propio en una soleá por bulerías, que dedicó también al Tío Antonio El Rubio. “No hay mayor regalo que sentir y vivir lo que te apasiona. El baile lo llevo dentro desde que me alcanza la memoria”. Palabras éstas del bailaor moronense que materializa cada vez que pisa el escenario.
Sale ahora la bailaora malagueña con una bata de cola y, al compás de unas alegrías, hace bailar su mantón con una maestría que recuerda a La Lupi. El cuadro flamenco al completo (Miguel Lavi, José El Pechuguita, José Manuel Fernández, al cante; Camarón de Pitita y Julio Cortés, al toque) se despide en un fin de fiesta por bulerías, en el que van a bailar hasta los cantaores.
Para rematar la noche llega el compás de David Palomar. El gaditano del Barrio de la Viña comienza por alegrías. Viene acompañado por la guitarra de Rafael Rodríguez, veterano tocaor sevillano, que nos conduce a unos tangos caleteros que creó El Niño del Mentidero. Tangos que tiran para el tiento y en los que se luce el guitarrista.
Además de la sensibilidad por el arte está la sensibilidad humana. Palomar nos da muestras de ésta dedicando una sentida seguiriya a las víctimas de Afganistán, a lo que el respetable responde con una calurosa ovación. Tras un tema de Lole y Manuel (Dime), va a mostrar su arte y su gracia con una mezcla de tangos por Cádiz, garrotín y cantes del Piyayo, con recuerdo al maestro Chano Lobato. Interpreta y vive su cante; parece bailar en la silla; remata los temas con la voz, cuerpo, pies y manos. Y así llegamos al final por bulerías, pataíta incluida.
“La cultura es segura y es necesaria”, concluye Cristóbal Moya, que destaca el meritorio trabajo realizado por Flamenco Abierto Axarquía y todos los que han contribuido con su trabajo al éxito de la XLIV edición del Festival de la ciudad que vio nacer a Juan Breva. Y así, bajo un manto de estrellas, con la lejana brisa del mar, brillaron como astros El Granaíno, Patrocinio, Sandra, Torres, Palomar, Rafael… ¡Qué duda cabe: Vélez-Málaga es Ciudad Juan Breva!
Texto: Celia Gavilán y Antonio Gavilán.
Fotos: Daniel Muñoz (Festival Juan Breva) y José Pérez Jaime.