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Actulizado 11:01 AM UTC, Apr 26, 2024

Colmenar, el flamenco resuena en los Montes de Málaga

Festival Montes de Málaga. Cante: Morenito Hijo, Raúl Montesinos, Manuel Cástulo y Pedro El Granaíno. Guitarra: Joselito Pérez, Andrés Cansino, Manolo Herrera y Patrocinio Hijo. Palmas: Guillermo Campos y Manuel Soler. Baile: Cuadro de María Montaño (Cante: Manuel Peralta y Luis de los Rubios. Guitarra: Juan Benjumea. Percusión: Lolo Heredia. Baile: María Montaño). Presenta: Antonio Gavilán. Lugar: Recinto de la Piscina Municipal de Colmenar (Málaga). Día: Sábado, 5 agosto 2023. Aforo: Tres cuartos.

El eco de los Montes de Málaga suena a flamenco. Llega Morenito de Íllora Hijo con ganas de agradar. Rompe el hielo por alegrías. El rasgueo de guitarra de Joselito Pérez anuncia la malagueña: «…¡Ay! Vino mi hermano a llamarme// levántate, porque no te levantas hermano mío// ¡Ay! Que se ha muerto nuestra mare// y nos quedamos los dos solitos». El sentimiento trágico ante la muerte va a ir dando paso a la celebración. Primero en una transición de bulerías por soleá y luego abiertamente con unas bulerías bien acompañadas a las palmas por Guillermo Campos y Manuel Soler y la buena guitarra de Joselito. Por fandangos se despide el joven cantaor de La Línea.

Turno para Raúl Montesinos, cantaor ortodoxo y serio, acompañado por el buen toque de Andrés Cansino. El de La Puebla de Cazalla tiene en la malagueña uno de sus cantes preferidos y principia por este palo, que remata con rondeña y cantes de Juan Breva. Buen comienzo. Continúa por caña, cante que, por desgracia, no se prodiga demasiado en los festivales. Montesinos recurre ahora a las alegrías y lo hace con un estilo muy personal: «…Le he pintao blanco y verde// los costaos de mi barca// y allí tu nombre y el mío// que dos corazones y un ancla». Llega la hondura de la granaína; con ella parece llorar la guitarra en manos del maestro Andrés Cansino. Raúl se despide con un repertorio de fandangos.

Sube al escenario María Montaño y su cuadro. Se escucha el cante por bulerías de Luis de los Rubios, que da paso al baile de María por tarantos; el zapateado de la bailaora resuena en el silencio de la noche. Manuel Peralta nos trae la solemnidad de la seguiriya, que precede a la soleá por bulería con la que se luce y despide la bailaora.

Los aficionados de Colmenar sienten casi como propio a Manuel Cástulo. No en vano el de Mairena del Alcor ha ganado en dos ocasiones el Concurso de Cante Arrierito de Colmenar y ha actuado numerosas veces en esta localidad malagueña. Desde el primer momento sienta cátedra con una soleá, bien acompañada por la guitarra de Manuel Herrera. Continúa por tientos-tangos, demostrando su compás y sigue con una seguiriya, dedicada a un gran aficionado de Colmenar, Luis Aguilar, tristemente fallecido hace dos años: «Los ojos a mí me duelen// ¡Ay! de tanto llorar// Por mi amigo Luis de mi alma// no lo veo más…». Cástulo ofrece ahora un ramillete de fandangos, cantados de pie y, algunos de ellos, sin megafonía. El remate lo hace con unas imponentes tonás. La voz del cantaor resuena por Los Montes de Málaga.

Para cerrar la noche llega Pedro El Granaíno. Canta por soleá; su voz, abrazada con los acordes de la impecable guitarra de Patrocinio Hijo, llega al corazón de quien escucha. Hacen su aparición cantes festeros: tangos, bulerías y luego fandangos. Los artistas hacen ademán de despedirse con este cante, pero el público quiere más y, como ambos se encuentran a gusto, ofrecen algo que no podía faltar en el repertorio: los tientos de La Leyenda del Tiempo. Lorca y Morente en el corazón. Y así, flotando como un velero, el flamenco meció el sentir de los buenos aficionados durante algo más de cuatro horas.

Fotos: Antonio Gavilán.

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