Zuzka Cortés imparte su taller de fusión de flamenco y yoga con fines terapéuticos por toda España. Y hoy (19.00 horas), por vez primera tras el confinamiento (durante éste, ofreció alguna sesión online), hay una nueva cita presencial con ella en la pedanía malagueña de Churriana (Plaza de la Inmaculada, 8), con aforo limitado a ocho personas.
“Esto, más que un taller -explica Cortés-, es una ceremonia, fusionando el yoga con el flamenco, sin que ninguno de ellos pierda su esencia; son complementarios para interiorizar (yoga) y exteriorizar (flamenco) sanando. La expresión del cuerpo habla y la música es el lenguaje del universo, por lo que ambos hacen liberar y sanar con introspección de la meditación y conciencia de ello”.
Tras diecisiete años practicando yoga y cuatro como profesora, la malagueña asegura que ha podido comprobar en sí misma cómo ambas disciplinas producen efectos semejantes: “En mis clases y mis prácticas, me hacía brotar una sensación parecida como cuando escuchaba flamenco y bailaba; e incluso con un fondo de música flamenca, me ponía a hacer mis asanas de yoga y las unía con mi sentir flamenco. Esto me hacía liberar y sonreír, por lo que he notado en mí misma lo terapéutico de ambas disciplinas”.
