Antonio Carmona Gómez, Antonio El Rubio para el flamenco, grabó el pasado año, a punto de cumplir 92 años, ‘Sigo siendo’ (El Flamenco Vive), disco producido por Israel Fernández, que junto a otros artistas de fuste (Pepe Habichuela, Vicente Amigo, Parrita, Duquende, Guadiana, Sorderita, Farruquito, Diego del Morao, Manuel Parrilla, Paquete, Josemi Carmona, Diego Amador, La Fabi y Mari Vizárraga, entre otros) quisieron así homenajearlo.
Artista de artistas, si bien se trasladó de La Línea que lo vio nacer al Madrid de la efervescencia de los tablaos, prefirió no dedicarse profesionalmente a este difícil arte eligiendo la profesión de anticuario y relegando su cante a la intimidad del núcleo familiar y a las reuniones de amigos. Admirado por La Niña de Los Peines, y Camarón, que lo visitó con frecuencia y al que influyó por fandangos; Lola Flores, El Pescaílla, Pansequito y Manuela Carrasco solían visitar tras sus actuaciones el Vivero a las afueras de Madrid donde vivía para escucharlo cantar.
«¿Y qué caracteriza a su música?», se pregunta Carlos Martín Ballester, presidente del Círculo Flamenco de Madrid y erudito de este arte en el libreto del disco. Interrogante al que da cumplida respuesta: «Para empezar, una expresividad fuera de toda duda, de estilo raramente vinculado al Campo de Gibraltar a pesar del largo tiempo alejado de su tierra, influido en sus inicios por el cante —entre otros— de Antonio de la Calzá, pero aportando una musicalidad y sensibilidad propias, especialmente por fandangos, cante en el que vertió toda su creatividad y elevó a otra dimensión. También destaca su naturalidad en el decir el cante, esa sorprendente capacidad de cantar como una natural proyección del habla, sin imposturas. Sus letras, que nos hablan de amores, de familia, de la naturaleza, del dolor… rezuman belleza, dignidad y austeridad, y son otra de sus singularidades».
Con la sabiduría, el conocimiento y el sentimiento intactos, ofrece su legado para las generaciones venideras y el disfrute de las actuales
Como muestra de lo expuesto por Martín Ballester, el álbum recoge tres fandangos, su cante bandera, unos con Pepe Habichuela al toque; otros por tangos (Fantangos), con Paquete a la guitarra y Duquende, Parrita, Israel Fernández y Guadiana (¡menudo elenco!) al cante; y los que lo cierran, con Diego Amador al piano. Una auténtica delicia.
Obviamente con sus facultades vocales mermadas por la edad, pero también con la sabiduría, el conocimiento y el sentimiento intactos, Antonio El Rubio ofrece su legado para las generaciones venideras y el disfrute de las actuales. Al margen de los fandangos naturales, también canta por Huelva, con Vicente Amigo a la sonanta y Sorderita, que ofrece un bello estribillo, al cante; por tangos, con Josemi Carmona a la bajañí y La Fabi y Mari Vizárraga al cante; por bulerías, con Diego del Morao al toque y Farruquito al baile, una de las gemas del disco junto a la bulería por soleá con que lo abre, acompañado por Manuel Parrilla a la guitarra; por soleá, con Paco Heredia a la sonanta; y por seguiriyas y tarantos, con su hijo Camarón de Pitita (al que el genio de La Isla bautizó con su nombre artístico) al toque.
El nonagenario cantaor linense publicó en 1974 otro disco con sus hijos (‘Con mi Charo y mi Miguel’), acompañado por Luis Habichuela y Manzanita, a la guitarra. Y ya anteriormente había publicado varios EPs con la guitarra de Pepe Habichuela, que vuelve a grabar con él cincuenta años después.
Contenido del disco
1. Muchos caminos (Buelería por soleá)
2. Tangos carreteros (Tangos)
3. Fandangos con Pepe Habichuela (Fandangos)
4. Rumbo caña (Bulerías)
5. A mi compañera (Fandangos de Huelva)
6. Tú roneas (Soleá)
7. Entre tomillo y romero (Seguiriyas)
8. Fantangos (Fandangos por tangos)
9. Con mis Bisacos (Tarantos)
10. Fandango a piano (Fandangos)
Foto de portada: Carlos Reverte Rufo
