Ciclo Música y Museos. Guirarra: José del Tomate. Segunda guitarra: Cristóbal Santiago. Cante y palmas: Kiki Cortiñas. Palmas: El Pescao. Percusión: Johnny Cortés. Artista invitado: Tomatito. Día: Martes, 31 de julio de 2020. Lugar: Museo de Málaga – Palacio de la Aduana. Aforo: Lleno.
La cita en la que José del Tomate deleitó al respetable el pasado jueves en el Museo de Málaga fue espléndida y maravillosa. Y como artista invitado, Tomatito, de los buenos manantiales nacen los buenos ríos.
Abrió con un toque por tarantas, vanguardista y con un sello de Macael, llevándosela al final por bulerías, con matices cartageneros y rematando con un buen cante de Kiki Cortiñas aludiendo al genio de la Isla.
Se quedó solo en el escenario interpretando unos tangos viejos con el sello huelvano del Niño Miguel, con una interpretación impoluta y de aires moriscos, dónde volvió a levantar al público con su gran interpretación.
Continuó por tangos y tanguillos dinámicos y de armonías frescas. Todo ello arropado por la percusión exquisita de Johnny Cortes y el acompañamiento de una segunda gran guitarra como es la del almeriense Cristóbal Santiago, que demuestra cada vez que sale a escena la perfección y entendimiento con el jefe Tomatito y ahora con su hijo José. Los aplausos después de cada pieza eran interminables.
La interpretación del tema Mundi del genial disco ‘Guitarra gitana’ nos cogió a todos por sorpresa. Fue un verdadero regalo y las sonrisas entre los asistentes se contagiaban.
A continuación, presentó a su maestro y querido padre con bonitas palabras.
El concierto coge un rumbo en el que se mezcla la bulería con el jazz ‘Spain’, el tango con el blues y todo ello con ráfagas musicales que transportan a los presentes a sus geniales discos. Dijeron adiós con La leyenda del tiempo, Camarón en el recuerdo
Noche mágica para los asistentes y buenas críticas por los músicos presentes. Un José del Tomate lleno de energía y flamencura a tan corta edad. Y como no, un Tomatito que tocó con el alma y dejó claro que aún le queda mucho por decir. De los buenos manantiales nacen los buenos ríos.
Fotos: Ana Serrano
