Antonio Manzano Bermúdez (Madrid, 1939), bailaor gitano más conocido con el nombre artístico de Toni El Pelao, patriarca de la única dinastía del baile flamenco madrileño, falleció ayer.
Nieto del Pelao Viejo, sobrino nieto de El Gato, hijo de Juan El Pelao, sobrino de El Fati y Faíco, primo de Ricardo El Veneno, Dora La Pelá y casado con La Uchi, fue uno de los principales representantes de la dinastía de bailaores Los Pelaos, originaria de Jerez.
Con solo dos años de edad, bailó en público por primera vez, a instancias de Pastora Imperio y Juan El Pelao, haciendo una farruca, el palo más representativo de la familia. Con doce años, debutó profesionalmente, en la época dorada del tablao madrileño Zambra. Recorrió Europa con La Chunga, así como con el Festival Flamenco gitano, junto a Paco de Lucía, Camarón y La Singla.
Con su mujer, la bailaora La Uchi, trabajó por todo el mundo. La pareja fue durante muchos años estrella en los principales tablaos, participando paralelamente en las películas Morena clara y La bella de Cádiz, con Lola Flores; y en Violetas imperiales, Un caballero andaluz, Pan, Amor y Andalucía, La hermana San Sulpicio, Olé torero y Una cubana en España.
Toni El Pelao y La Uchi actuaron en las grandes citas flamencas (Festival de Jerez, Bienal de Sevilla o Jueves Flamencos de Cajasol) impartiendo clases de baile en la Escuela Amor de Dios, donde fue profesor de muchas de las figuras emergentes.
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