Presentación del disco ‘Eterno presente’. Cante: Miguel Astorga. Guitarra: Juan Requena. Palmas: Javi y Lucio Requena. Artistas invitadas (cante): Chelo Soto y Delia Membrive. Presentación y comentarios: José Luis Ortiz Nuevo. Día: Sábado, 6 de julio de 2019. Lugar: Sala Unicaja de Conciertos María Cristina de Málaga. Aforo: Media entrada.
Miguel Astorga dio un paso al frente, en un claro síntoma de autoafirmación, como el estupendo cantaor para adelante que es, que se hallaba tapado por el dominador del cante para atrás. Y así lo demostró en la sala María Cristina de la Fundación Unicaja, con rotundidad, disfrutando de lo conseguido tras muchos años de entrega y dedicación, y transmitiendo.
Era la puesta de largo de ‘Eterno presente’, su disco de debut, y, además, presentó de entrada el videoclip de la canción homónima por caracoles que le ha dedicado a su hija Nayara.
Contó para la ocasión con José Luis Ortiz Nuevo como maestro de ceremonias. El maestro, creador de la Bienal de Sevilla, fue salpicando de comentarios de arte la actuación del ‘nieto de Archidona’, como le denominó por su ascendencia archidonesa.
Astorga, con rostro de indisimulada felicidad, abrió por bulerías, con Alma, a dúo con su autora, Chelo Soto, pellizcando ambos desde el inicio.
Prosigue el malagueño excelso por serranas y granaínas, con Juan Requena sobresaliente en el toque, evocando las formas cantaoras de El Gallina y Chacón, respectivamente.
Y las remata, curiosamente, como en el disco, aunque en éste aparecen en pistas diferentes, eso sí, una a continuación de la otra, por tangos, La Portillera, de Manuel Mairena, con los Requena (Javi y Lucio) al compás.
También estuvieron enormes en las malagueñas y abandolaos, que precedieron a las bulerías a dos voces con Delia Membrive. Los vellos como escarpias. Momento álgido.
La soleá de Tomás Pavón sonó flamenquísima, plena de compás, sabor y equilibrio. «Le mete un pellizco que ni Tomás se lo daba», espetó Ortiz Nuevo, que prosiguió: «Ese cante de Tomás está pleno, lo que da una idea del valor y conocimiento de Miguel».
Vuelve Chelo Soto en la canción por caracoles. Otro momento culmen. Espectacular. Ortiz Nuevo ensalza el toque personal y musical («trabajo, conocimiento y arte») que Astorga le ha imprimido a este cante, que muy pocos se habían atrevido a hacerlo.
Le aporta, asimismo, aire fresco a los cantes del Piyayo, que presenta desprovistos de guitarra y con el compás como único ropaje, adaptación moderna y antigua al tiempo de la versión de Manolillo El Herraor, la que se tiene como más fidedigna a la original.
Dijo adiós por bulerías y el respetable, enhiesto, le brindó un largo y caluroso aplauso, al que correspondió con un fin de fiesta.