
Gala Flamenca. Cante: José de Chaparro. Guitarra: Chaparro de Málaga. Presenta: Antonio Gavilán. Lugar: Peña El Canario de Colmenar. Día: Sábado, 22 marzo de 2025. Aforo: Completo.
Por caña inicia José de Chaparro su cante (“…Se hundió la Babilonia// porque le faltó el cimiento»). Posee este joven cantaor malagueño una buena base teórica, con un conocimiento que le viene por haber escuchado en casa, desde los tres años, a su padre tocando la guitarra, y luego por sus muchas horas de degustar y estudiar a sus cantaores de referencia, como Antonio Mairena, La Niña de los Peines, Antonio de Canillas, Cancanilla o El Chino de Málaga.

La malagueña de La Trini es un clásico en su repertorio, con ella la guitarra de Chaparro de Málaga arranca los aplausos del público, no en vano éste es un reconocido maestro del acompañamiento. Remata José por abandolao con un fandango cordobés.

No podía faltar un guiño a esta tierra, y aquí en Colmenar, ‘Capital de los Montes’, se van a escuchar los verdiales, primero de los Montes y luego de Comares. «Si Dios me diera el poder// de penetrar en tu mente// y así podría saber// lo que tu boca me miente,// juegas con mi querer». Sigue el aire festero con los tangos, en un recuerdo a Juanito Villar. Arte y compás al cante y a la guitarra.

Se hace una pausa de veinte minutos y tras ella nos espera una sorpresa: Chaparro padre cede la guitarra al joven Javier de Ana María, discípulo aventajado suyo, para que éste acompañe a José en una imponente soleá. Ahí queda el testimonio del sentimiento y la afinación en la ejecución del cante, así como la soltura y buen hacer con la bajañí, de Javier.

Y ya, con Chaparro a la sonanta llega la magia de la seguiriya: «Ay, cuando yo me muera// que no me vean muerto// pa’ que mis niños recuerden// a su padre alegre y contento». Impecable la guitarra de Chaparro de Málaga; sonido limpio y dominio del instrumento, que transmite pureza y jondura.

Llega la bulería, soplo de aire fresco que hace que se arranquen al baile varios aficionados. Con un ramillete de fandangos despiden padre e hijo una actuación muy jaleada por los asistentes, socios y aficionados, que en esta noche colmenareña llenaron el local de la peña.
Fotos: Manuel Robles.