Francisco Escudero El Perrete es un destacado cantador extremeño con una dilatada trayectoria pese a su juventud. Ha ganado varios primeros premios en el Festival Internacional del Cante de Las Minas de La Unión y el primer premio de cante en el Concurso Nacional de Córdoba. Ha acompañado al baile de destacadas figuras como Rafael y Adela Campallo. En 2017 vio la luz su disco de debut, ‘Quiso Dios’, y recientemente publicó su segundo álbum, ‘Luz de guía’.
Con tal motivo, Antonia García y Francisco Reina, director de Pellizco Flamenco, lo entrevistan en Fuengirola TV.
Tengo entendido que tú apodo artístico te lo pusieron tus amigos por tu forma de sentarte. ¿Nos lo puede aclarar?
Sí, el maestro Curro Romero decía que con los nervios se le bajaba la tensión. A otras personas con los nervios les da por ir al baño o les duele el cuerpo. Y a mí cada vez que yo tenía un ensayo importante una cosa así que yo le daba importancia y como soy tan intenso, le doy importancia a todo, yo me sentaba de aquella manera y yo cogía, me ponía ahí de aquella manera, muy mal sentado. Y eran los nervios que me daban, me bajaban la tensión y mis amigos me decían: «Qué perrete eres, eres un perrete». Y se me quedó.
En tu anterior disco, ‘Quiso Dios’, ya contaste con un reputado productor como José Losada y con Manuel parrilla la guitarra. En este caso cuentas con Domi Serralbo, que también es un destacado productor de Morón, que también participa con su guitarra. Pero además cuentas con otros guitarristas muy destacados como Dani de Morón, David de Araal, Rubén Levaniegos o el propio Miguel Vargas, que es el padre del toque por jaleos. Háblanos cómo surgió la idea de este disco y la evolución de la grabación.
La idea de este disco surgió de una forma muy natural, una forma de querer plasmar lo que yo sentía a través del arte y siendo agradecido con lo que nos han dejado y con los que nos apoyan. Por eso ‘Luz de guía’ se abre a un mundo paralelo, no solamente a lo que estaba, sino a lo que está ahí, que nos ayuda a los artistas de hoy que nos hacen abrir caminos maravillosos. A tu vecino que te ayuda, que te dice: «Vecino vamos allá, venga canta algo». Y te da los ánimos que muchas veces faltan. Ellos son la luz de guía que nos ayuda y nos dan esas alas para crear o recrear y darle nuestra forma de ver a lo que ya está creado, a la película está del flamenco.
En el bonus track le haces un homenaje, porque los incluyes, a dos leyendas vivas de este arte como son Juanito Villar y Nano de Jerez, además de un compañero cantaor de Cádiz como es Caracolillo de Cádiz porque al fin y al cabo sigues esa filosofía que estás contando del disco de rendir homenaje a esos mayores, a la raíz del flamenco.
Sí, la verdad es que el disco tiene una producción como te habrás dado cuenta mucho más elaborada que el primero. Es decir ya abriendo cotas a otras músicas. No a otras músicas pero sí a otra forma de exponer. Y cerrar con ellos es volver a la cuna, a donde nace todo, a la reunión, al oral, a La palma, a esa guitarra, a un ole, a un vamos allá. Entonces lo vi precioso y lo vio precioso Domi. Yo creo que el disco es un 50 por ciento Domi y un 50 por ciento Perrete y los músicos que lo acompañan, pero Domi también aportó muchísimo.
Me gusta una cosa que, además, con las nuevas tecnologías y con el colgar las cosas en las redes sociales no apreciamos, y es que en el disco físico tú tienes perfectamente quién te acompaña, quién está en la guitarra, quién está en la producción. Le pones cara, le pones nombre y apellido a toda esa gente.
Totalmente, claro, son los culpables y creo que sin eso sería muy egocéntrico por parte de los artistas. En solitario se lleva una carrera pero tú tienes que engrandecer a quien tienes al lado, porque por mucho que uno tenga buena voz, un compás maravilloso, exquisito, tienes que tener quien te lo arrope y quien te alce. Creo que eso es maravilloso. Y después no se puede perder el disco físico, ni el vinilo, porque todo vuelve. Y lo que está en las redes es nuestro hasta cierto punto, porque resulta que viene un apagón y se pierde. Perdemos todos los datos y resulta que ya no hay disco, ya no hay discografía, pero el disco sí, el disco queda, el vinilo queda, se vuelve importante, se le da una categoría. Y a nosotros pues no nos abre un camino para seguir luchando y creando. Porque crear con un aparatito está bien, pero crear con boli, papel, después lo pasas al ordenador, después lo borras, coges típex y le das cinco vueltas. No se puede perder eso, porque si no sería informática, no arte.
Francisco, a ti el flamengo te viene por tu abuelo que era un gran aficionado, y también tu tío abuelo El Peregrino, que es un destacado bailaor extremeño. Háblanos de esos orígenes flamencos familiares. Y ¿quiénes han sido tus referentes en el cante?
Mis orígenes flamencos son mi abuelo, que canturreaba, cantiñeaba y era lo que yo le escuchaba. Y después lo que he podido ver en casa del padre de mi tío, El Peregrino, y hasta el día de hoy. Pues cabezonería de uno y tener uno aquí una llama muy grande puesta en el pecho y decir es un sueño. Lo coges como una obsesión, como uno que quiere ser un emprendedor y después tiene un sueño y empieza a trabajar y a trabajar y eso se consigue obsesionándote con algo. Y yo me obsesiono con el arte del flamenco. Yo creo que hay algo que me une a él más allá de afición familiar o de todo eso. Yo creo que hay ahí un amor profundo.
Y mis referencias son todo el mundo. Lo que sí le digo a los jóvenes, y ahora que tengo una parte de docente, es que tenemos que conocer las dos orillas, que no nos podemos quedar solamente en lo que nos viene bien a una voz es decir, como yo tengo la voz laína me voy a ir a Marchena, a Valderrama. No, también tienes que conocer la otra orilla, por si te cambia la película en cualquier momento dado de tu vida o de tu circunstancia y te dan otro, te aportan. Entonces mis referentes son todos: Caracol, Mairena, Marchena, Valderrama. Sí que es verdad que yo me vinculo más en esa rama valderramera, marchenera, pero muero con Fernanda de Utrera, creo que hay que pasar por ahí, con Tomás de Perrate, con el propio Perrate, con Manuel Torre, Caracol, todo el mundo. Y después resulta que es tan bonito el arte que llega tu vecino o tu amigo o un conocido que es aficionado que no se dedica y ahora resulta que te suelta una cosa y dices mira, esto lo estaba yo buscando hace un montón de tiempo. Y mira quién lo tiene, mira quién me lo ha dado. Claro, un giro, un pellizco, ver el cante en otro sitio.
A veces la primera seña en el camino pueden ser dos golpes en una mesa marcando un compás.
Hombre, claro. O que te haga una melodía bonita tu madre, tu tía o tu abuela, en las familias flamencas o no flamencas. Mi familia no es flamenca pero la melodía la llevo conmigo, porque ahora llega tu abuela en un momento dado y te hace Mira que eres linda, qué preciosa eres. Y te hace una melodía de Machín, que me ha pasado, y digo ya está, yo quiero eso.
Yo lo digo para los modernos, no se ha escrito nada bueno flamenco en un brunch, pero en un puchero sí.
Está sucediendo eso, que está cambiando el contexto, pero bueno se están también derribando muchos clichés, muchas cosas que podrían ser maravillosamente ciertas pero no son ciertas ni reales. Entonces se le está dando mucha honestidad a lo que se está haciendo, por lo menos una parte del flamenco que yo conozco y que sé que jóvenes estamos ahí indagando y luchando, se están cambiando los terrenos, pero hay muchas cosas muy positivas.
Te he oído decir que eres clásico, pero no ortodoxo. ¿Podrías aclarar eso? Porque me parece muy interesante tu reflexión.
El cante por soleá es un cante por soleá clásico. Ya le puedes meter lo que quieras, como si lo quieres hacer con una guitarra eléctrica, que ya se ha hecho más que de sobra, con cualquier cosa que no tenga que oler con el flamenco. Pero si tú conoces el clasicismo del cante, que no la ortodoxia, porque la ortodoxia te exige unos cánones muy férreos… Tú tocas por soleá y suena a soleá. Entonces es algo clásico. También una soleá porque sea soleá no es ortodoxa porque a lo mejor la rítmica se cambia, en armonía también se puede cambiar, pero es una soleá y está abierta. Y el músico es un músico clásico del flamenco, que no es ortodoxo. Yo te hago una letra por ejemplo clásica de soleá de Cádiz: «A la mare de mi alma lo que la camelo yo» (canta sin ajustarse a la ortodoxia). Estás haciendo los giros de la soleá de Cádiz pero no estás siendo totalmente ortodoxo porque sería: «A la mare de mi alma lo que la camelo yo». (Canta ajustándose a la ortodoxia). Ahí ya te está privando de libertad esa supuesta ortodoxia, que hay que conocerla, claro, y no por eso eres moderno.
Tú estás diciendo que en una caja completamente hermética y cerrada, siempre hay rendijas por donde entra algo de luz.
Totalmente, y que hay que buscar esas rendijas también para que cada uno exprese de la forma que siente, si no no respiramos. Te doy una fruta maravillosa en una caja divina. Carísima la fruta y maravillosa, pero ahora resulta que la fruta tanto la han embalado y tanto le han puesto que no la han dejado ni la han hecho con una aguja un huequecito para que respire, para que entre oxígeno y se ha podrido. ¿Para qué quieres tú esa fruta tan maravillosa?
Incluyes cantes en el disco que están un poco en desuso, como los cantes de arar, que ya en tu anterior álbum incluiste cantes de laboreo que dominas a la perfección y que reivindicas. Incluso una petenera, también en desuso. Háblanos un poco de esa reivindicación tuya de estos cantes que cada vez se hacen menos.
Yo no reivindico nada, yo lo que hago es cantar y llevar a la escena lo que hace 15 años empecé a cantar y todo el mundo me decía que estaba chalado, que eso no se llevaba y que eso no gustaba. Y ahora pues te aplauden en mitad de una petenera. Hay que tener consolidado el cante para que eso suceda. Sí, hay que sentirlo y amarlo. Sí, no es solamente exponerlo. Hay cantes que, como los cantes de labor del campo, que nos han dado mucho a la humanidad. De hecho, comemos gracias al campo, gracias a lo que se ha cosechado, a lo que se ha trabajado y a lo que se ha vivido ahí. Entonces, eso no se puede perder, porque es negarle ese minutito de alegría convertido en fatiga o fatiga convertido en alegría de una generación completa y sigue estando, porque el tractor está muy bien pero también se suda en el campo. Ha habido obras de arte como Marchena o Bernardo de Los Lobitos que han grabado cosas maravillosas y que no se pueden perder. Tienen una sensibilidad especial. Que tú la consigues transmitir o la consigues captar, recréalo. Se pueden hacer maravillas. ¿No es importante una nana? Que te dormía tu madre con una nana. ¿No le puedes hacer una canción a tu niño? ¿Qué pasa? ¿Que todo tiene que ser fiesta, bulería, rítmica, corchea, semicorchea, ortodoxia, rigidez? Hay cosas maravillosas y yo no invento nada, porque yo lo he cogido de los maestros y ahí se queda, porque no me veo yo capaz de mover nada, muevo lo que en el momento me sale, que evidentemente yo me dejo fluir, pero eso no es voy a hacer… Como decía Caracol se hacen las moquetas, las mesitas de noche… Cuando canto, lo único que sé es que voy a cantar y voy, pero tengo que sentir y pongo el sentir por delante y los deberes, como decía Paco Cortés, en la Fundación Cristina Heeren, a la cual quiero muchísimo. Si no hay esa barrera de cristal, de metacrilato, que no se ve que es cuando tú dices me gusta, tiene bonita voz, pero no me llega, es que no ha hecho los deberes.
¿Dónde se puede conseguir el disco?
En las redes sociales me escriben y se le hace llegar físico y si no en diciembre lo tienen completo en las plataformas digitales pero el que lo quiera físico pues a través de Instagram o Facebook me escriben y se lo hacemos llegar con todo el cariño.
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