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Alcaucín, ecos flamencos en Sierra Tejeda

XXXVII Festival de Alcaucín. Cante: Pepe Calayo, Raúl Montesinos, Sandra Carrasco, El Turry y Paqui Ríos. Guitarra: José Román, Ángel Mata, David de Arahal, Miguel Ángel Cortés y Julio Romero. Palmas, coros y percusión: Los Mellis (Antonio y Manuel Montes), Fernando Rey y José Cortés El Indio. Baile: Matías Campos y Lucía Benavides y su cuadro: Cante: Fernando Rey y Aarón Barrul El Cigarra. Guitarra: Rubén Campos. Palmas y percusión: Robert Peralta. Presenta: Antonio Gavilán. Lugar: Plaza de la Constitución de Alcaucín (Málaga). Día: Viernes, 1 de agosto de 2025. Aforo: Completo.

Treinta y siete ediciones contemplan este festival, que es uno de los más señeros de la comarca de la Axarquía. La Plaza de la Constitución está llena de un público expectante. Flanqueados por dos edificios emblemáticos: la iglesia de San Sebastián, a un lado, y el Ayuntamiento, al otro, Pepe Calayo, veterano cantaor alcaucineño, abre el Festival. Lo acompaña José Román, guitarrista que se ha hecho a sí mismo y curtido en actuaciones en numerosas peñas de esta comarca. La serrana, cante poco habitual en festivales, sirve a Calayo para arrancar los primeros aplausos. Le siguen tientos-tangos: “«Qué pájaro será aquel// que a mí me canta en la verde oliva». Con fandangos rematan su actuación.

Sobre el escenario vemos ahora a Raúl Montesinos, que nos ofrece una sentida malagueña rematada por rondeña. Raúl es un cantaor ortodoxo, serio y dotado de una gran voz. Posee un amplio registro musical que lo capacita para abordar los palos más exigentes. Por alegrías y cantiñas da muestra de su compás. Y con la seguiriya se puede degustar su jondura: «¡Qué grande es la tierra!// ¡Qué grandes son los cielos!// Pero más grande eran los dolores// de mi sufrimiento». Es una letra de su paisano Francisco Moreno Galván, cuyo centenario se conmemora este año. La guitarra de Ángel Mata introduce un ramillete de fandangos, con los que se despiden los artistas.

Con un marcado estilo personal en su voz y en su modo de interpretar, Sandra Carrasco canta por alegrías, con la guitarra de David de Arahal, su acompañante habitual. Enlaza varias bulerías que incluyen temas como Los cuatro muleros, Cielito lindo… o una dedicada a personajes malagueños: Picasso, María Zambrano… Prosigue con una sevillana: «…Eres mi lunita clara// que con lo mucho que yo te quería// te vas sin volver la cara». Los Mellis, Antonio y Manuel, a los coros y percusión, engrandecen el cante de Sandra que, además está muy bien arropado por el buen toque de David, «joven sabio de la guitarra», le llamó Miguel Poveda. Los fandangos van a dar paso al Cuadro Flamenco.

Matías Campos es un joven bailaor de sólo diecisiete años, natural de Alcaucín, por lo que es un ídolo local. Cuenta con una gran proyección que le ha llevado a ganar premios en el Concurso Coreográfico del Conservatorio Profesional de Danza de Málaga, con dos creaciones propias. También fue ganador del programa de Canal Sur Tierra de Talento. Va a bailar junto a otra destacada promesa, la utrerana Lucía Benavides. A dúo se lucen por tangos. Fernando Rey y Aarón Barrul El Cigarra, al cante, Rubén Campos, a la guitarra y Robert Peralta, a la percusión, nos ofrecen unas bulerías. A continuación, aparece la bailaora y, por alegrías, realiza un baile espectacular en el que mueve el mantón con maestría, taconeo, giros, braceo… preñados de elegancia. La soleá servirá a Matías para mostrar su poderío, parece volar sobre el escenario, con movimientos armónicos, ágiles y un aplomo y madurez que sorprenden a su edad. Bailaor y bailaora se encuentran a gusto sobre las tablas y van a improvisar unas bulerías, a modo de fin de fiesta.

Llega la voz fresca y bien timbrada de El Turry: «Pregúntale al platero// que cuánto vale// ponerle a tus zarcillos// mis iniciales»; son las alegrías de Córdoba. Miguel Ángel Cortés acompaña a la guitarra, Fernando Rey y José Cortés El Indio, al compás. ¡Qué bien interpretan la soleá apolá! El cantaor de Almuñecar hace un guiño a los anfitriones con una malagueña y abandolao: «Que te quise y que te quiero…» La guitarra maestra de Cortés resuena en la noche meciendo el cante de El Turry, «Viva Málaga que tiene Caleta y Limonar…» Concluyen su intervención con unos tangos de Granada, que nos recuerdan a Morente.

El Festival lo va a cerrar la cantaora Paqui Ríos, con la guitarra de Julio Romero. Comienzan con una malagueña, muy aplaudida por el público. Y llega la soleá: «Qué bonita es la amapola// no tiene pare ni mare// serranito malino// se cría en el campo sola». Paqui es una cantaora de inspiración, que siente el cante y sabe transmitir. Cambio de tercio con tientos-tangos y fandangos. No es la despedida habitual con los cantes de Huelva, ya que los artistas nos tienen reservada una sorpresa en forma de seguiriya. La guitarra de Julio Romero, plena de fuerza, temperamento y armonía acompaña a la perfección la voz de la cantaora: «Si algún día yo a ti te llamara y tú no vinieras// la muerte amarga, compañero de mis entrañas, yo la apeteciera». ¡Qué mejor manera de despedir el Festival! Un año más resuena el flamenco en Sierra Tejeda.

Fotos: Antonio Gavilán.

                                                            
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