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El compás de Diego Carrasco, tan natural como respirar

Diego CarrascoI Festival de Arte Flamenco de Benalmádena. Cante: Diego Carrasco. Guitarra: Curro Carrasco. Coros, palmas y segunda voz: Maloco Soto. Bajo y percusión: Luis Periquín. Percusión y bajo: Juan Grande. Lugar: Recinto ferial Los Nadales de Benalmádena (Málaga). Día: Martes, 5 de agosto de 2014. Aforo: Lleno.

Lo denominan ‘El gurú del compás’, pues no en vano, sin poseer una gran voz, Diego Carrasco es un superdotado del compás, que en él es algo tan natural como respirar. Es, ademas, creador de un éxito incontestable del flamenco, Alfileres de colores, que grabó junto a Miguel Poveda. Salvando las distancias, su caso es parecido al de Manuel Molina, que tiene patente de corso para hacer lo que le venga en gana y, pese a todo, sigue siendo respetado dentro el controvertido universo flamenco.

Resulta evidente que para el jerezano la fusión de estilos musicales no es algo meramente experimental, sino vivencial, fruto de haber escuchado a los grandes del flamenco, pero también del rock, entre pataítas de arte. Un flamenco heterodoxo, en definitiva, que conectó con las masas congregadas en el recinto ferial de Benalmádena, que disfrutaron de lo lindo. Se trataba del I Festival de Arte Flamenco de la ciudad costasoleña, feliz iniciativa de su Ayuntamiento.

Tras dos temas inclasificables de apertura, «un poco de compás de Jerez». Gran aficionado a los toreros de arte (verbigracia, Paula, Morante o Curro Romero), le dedicó al malagueño Javier Conde (marido de Estrella Morente) Cartel de lux: «Tarde de embrujo, cartel de lujo… Para torear, igual que para amar, hay que parar, templar y mandar».

El sol, la sal, el son -que dio título al programa que sobre flamenco dirigió Jesús Quintero en Canal Sur TV y que Carrasco registró junto a María Toledo– fue otro de los himnos flamencos que coreó el respetable y que cantó a coro su grupo, los siempre solventes Maloco, Luis Periquín, Juan Grande y su sobrino Curro Carrasco, 50 por ciento de Navajita Plateá.

Chatarrero sideral encierra una de sus ocurrentes y frecuentes frases lapidarias: «Mira si la cosa está malita que hasta los bancos están sin guita». No se puede sintetizar mejor, ni con más sentido del humor, la crisis económica que nos acucia. ¡Cuánto ángel! Qué arte más grande. Y otra en la misma línea: «Para desguazar el Titanic, gitanos buzos de Cai«. Ole.

Tuvo, asimismo, palabras de concordia hascia el sempiterno conflicto palestino-israelí y un tema emocionado (Morao del alma) de homenaje al añorado Moraíto Chico («En mi corazón te llevo yo grabao, Morao»). Y Alfileres de colores. Momento álgido, que intentó prolongar con las populares bulerías gaditanas de Machaca, machaca, machaca mechero… llevadas a su terreno.

En la despedida, Hippytano, otro himno de la factoría Carrasco, incluido en su último y homónimo disco, en el que cita a algunos de sus referentes, que forman parte del imaginario colectivo de toda una generación: Chaplin, Lennon, Raimundo Amador, Camarón

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